viernes, 11 de diciembre de 2020

Cuando las iglesias no son seguras

https://www.youtube.com/watch?v=FaZQm4F8iQ4




Seguimos con algunos asuntos que se votaron en EE.UU. el día de las elecciones; hoy traigo un tema que se votó en el gran estado de Alabama:

"¿Está usted de acuerdo en que la gente tiene derecho a stand your ground en las iglesias en el condado de Franklin?".

El 72% de los votantes estuvo de acuerdo.  Por cierto, también se votó si también se concedía ese derecho a las iglesias en el condado de Lauderdale, y también se aprobó. Una vez ratificadas, serán enmiendas a la constitución del gran estado de Alabama.

El meollo del asunto, por supuesto, es el significado de la expresión Stand your ground. Literalmente significaría "estar de pie en tu suelo", lo que entenderíamos por "permanecer en tu sitio". Pero no es eso, es una construcción verbal que significa "mantener tu posición" en una discusión, es decir, "mantener tu punto de vista". Pero tampoco es exactamente eso, porque la misma expresión se aplica en el ámbito militar: mantener tu posición, literal y militarmente hablando. Y esto se parece algo más a lo que quiere decir aquí, aunque tampoco es eso.

No, esta expresión en Estados Unidos tiene un sentido especial. El derecho a "permanecer en tu sitio" es el derecho a emplear los medios que sean necesarios (armas, se entiende) para repeler cualquier ataque, incluso matando al adversario. En concreto, el derecho a "stand your ground" es el derecho a emplear medios para repeler un ataque que fuera de este derecho serían ilegales,  incluyendo además el matiz de que no es necesario que la otra parte ataque, sino que el sujeto del derecho perciba amenaza o posibilidad de daño físico. Literalmente, otorga inmunidad.

Es decir: lo que se votaba era si la gente tenía derecho a ir armado en las iglesias del condado de Franklin (y de Lauderdale) y a emplearlas para repeler agresiones o amenazas de agresiones en ellas.

Así que ya se puede ir con el kalashnikov colgado del hombro a la ceremonia, sin tener que dejarlo en consigna a la viejecita del anaquel de la entrada. Supongo que algún pastor, para ir a tono con su grey, llevará algunos revólveres y un par de cinturones cananas, como si lo viera.

Ahora, la pregunta que todos nos hacemos es porqué en el condado de Franklin (y en el de Lauderdale) quieren los ciudadanos poder utilizar su fusil de asalto o su lanzagranadas habitual (lo que sea que les guste). Se me dirá que así pueden defenderse del clásico loco que se esconde en el coro de la iglesia y se dedica a volar la cabeza a todos los de las primeras filas, que ya se sabe que estas cosas en los EE.UU. están a la orden del día. Pero no me termina de convencer: ¿qué está pasando en Franklin (y en Lauderdale) para que sientan que necesitan poder repeler agresiones hasta en las iglesias.

Vamos a reirnos: el argumento fundamental a favor de la norma, por supuesto, es el del loco que he indicado. Pero a este argumento le dieron un rizo más en el debate en la cámara: si hay un loco y se pone a disparar a la gente y yo sí tengo un arma (de donde deduzco que la buena gente del condado no estaba obligada a depositar su kalashnikov en la consigna de la entrada), con la ley vigente hasta que el loco no me apuntara a mí yo no tenía derecho a dispararle. Y, claro, si antes ha matado a 20 personas, pues no es plan: hay que autorizarme a disparar en que vea asomar el cañón.

Y por si esto fuera poco, les aseguro que dieron un argumento más: sin esta enmienda, un ladrón podría entrar en la iglesia y llevarse el dinero de todos. En fin, no sé qué ladrones tienen en el gran estado de Alabama, deben de ser tipo el Joker o los supervillanos de Marvel e imagino que comparados con los suyos los de aquí son unos rateros de tres al cuarto.

Por supuesto, también hubo argumentos en contra: unos decían que la ley actual de stand your ground (vigente desde 2006) ya autoriza a ejercer el derecho en las iglesias; de éstos, no sé qué decirles. Otros, más juiciosos, objetaban que a lo mejor el sujeto, al defenderse, le da por disparar a todo lo que se mueva y "a lo mejor" disparaba a alguien que no era el agresor. Con la coletilla, eso sí, de que eso sería tan malo para el disparado como si el disparador hubiera sido el agresor inicial. Con lo que no hay beneficio en dejar disparar primero. Éstos eran argumentos que daban los diputados estatales, ése es el nivel ahí. 

Más juiciosas eran entidades privadas. Alguna, por ejemplo, argumentó que disparar a matar no siempre es imprescindible. Que dar derecho a alguien a disparar a matar si se cree amenazado es dar carta blanca a que la gente se mate. Pero aún iban más allá: la ley estaba autorizando a criminales violentos a matar con impunidad a quien les diera la gana dentro de la iglesia. La objeción de los que se oponían, en general, podemos resumirla en que la ley fomentaba el espíritu de dispara primero y pregunta después.

Y este último argumento, en mi opinión, es totalmente acertado. Por desgracia, parece que cada vez más se está introduciendo en el alma estadounidense ese precepto, dispara primero y piensa después.

Lo curioso es que la norma se votó en su día en el propio condado, y como 3 personas votaron que no (imagino que dos buenas personas, y el loco del pueblo que estaba preparando su golpe) hubo que repetir la votación, esta vez en el ámbito estatal. Y la buena gente del estado de Alabama, siempre precavida, decidió que cómo no.



Julio Iglesias - Gwendolyne

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