domingo, 25 de marzo de 2018

Armas en América III: la esencia de un país




Se acercan las elecciones a gobernador en Kansas; pero el secretario de la oficina estatal en la que hay que inscribirse ha dicho que no, que Angus no puede presentarse. 

Y, sin embargo, no hay ninguna ley que lo impida. Es lo que aduce su dueño. ¿Su dueño? Sí, su dueño Angus es un perro. Un perro que quiere presentarse a gobernador del estado. Su dueño lo avala: Angus es, dice, bravo, leal, honesto. Puedes confiar en él. No tiene segundas intenciones. ¿Podrías decir lo mismo de los políticos?

¿Es una noticia sorprendente? Bueno, antes hay que tener en cuenta un par de datos:

Primero, también se presentan a estas elecciones varios adolescentes. Seis, en concreto, de 16 y 17 años. Y es que la ley no exige tener 18 o más al candidato. Por supuesto, son chicos responsables, que piensan antes de hablar, y que quieren cambiar cosas. Y que se han dicho a sí mismos ¿porqué no?

Así que los chicos mostraron las grietas de la ley, y el dueño de Angus ha visto la ocasión de lanzar también su mensaje. ¡Claro que Angus no saldrá elegido!, pero la idea ahí está: ¿qué valores le pido a un candidato? ¿Podría ganar un político en valores a un perro? En definitiva, ¿no ha llegado el momento de que nos planteemos si los políticos a los que votamos son personas de las que nos podemos fiar?

Pero hay otro dato más: hay precedentes. No de perros gobernadores de estados, pero... sí de perros alcaldes. Ahora mismo, sin ir más lejos, el alcalde de Rabbit Hash, en Kentucky, es un pitbull. Accedió al cargo tras vencer en las elecciones a un gato, un pollo, un burro y un bebé. Y no lo debe hacer mal, porque llevan así 4 mandatos, desde 1998.

Como excusa, podemos decir que Rabbit Hash tiene 315 habitantes, y éstos consideran que no necesitan tener un alcalde al uso. Lo que hacen es que cuando van a votar, cada uno dona un dolar, y usan ese dinero para mejoras comunitarias. ¡Ah, y dejan votar a todos tantas veces como quieran! Este año arreglarán la tienda de todo (la típica "Casa Bandrés" de allí), que se había quemado en un incendio. Qué caramba, si llevan 20 años así y la cosa les funciona yo soy el primero en aplaudirles. Son capaces de decidir las cosas hablando entre ellos, sin necesitar una persona con la autoridad de alcalde.

¿Y qué tiene que ver esto con el tema de las armas en Estados Unidos? Pues nada... y todo. Y es que Estados Unidos no deja de sorprendernos porque no lo comprendemos. Es un país distinto al nuestro. Sus gentes piensan de manera diferente. Y no sólo piensan: se comportan de manera diferente. Porque lo que más me sorprende no es que se presenten muchachos de instituto o perros y otros animales, sino que los demás lo consientan. Está claro que su forma de entender los derechos y las libertades no es la nuestra.

SIn ir más lejos, así es Kansas. Una tierra donde dejan que un perro se presente a gobernador, donde los chavales se atreven a presentarse, y donde un swat no necesita un motivo, sólo un blanco fácil, para matar a un hombre. Y donde los kanseanos aceptan todas esas cosas. Quizá porque el lema del estado es ad astra per aspera, "hasta las estrellas a través de las dificultades".



Por supuesto, la primera tarea del nuevo gobernador de Kansas será cambiar la ley para elegirlo. ¡Como si lo viera!




Marcha procesional sevillana - Pasan los campanilleros

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