sábado, 26 de agosto de 2017

Los sucesos de Sabadell



No es Sabadell cualquier cosa: tiene más de 200.000 habitantes; el Gran Sabadell, fácil que más de medio millón. Varias estaciones de Renfe y del "metro del Vallés", aeropuerto (para avionetas, en realidad), equipo de fútbol que ha jugado en 1ª, observatorio astronómico, Ikea y El Corte Inglés. Tiene barrios ricos y allí vive gente que tiene mucho dinero. Y también tiene una fracción de piñoles, de catalanes irreductibles. Como pasa en toda Cataluña, éstos mandan en la ciudad.

El gobierno de la ciudad lo detenta un tripartito de la CUP, ERC y una fuerza local. La concejal de Cultura es de ERC, y encargó a un licenciado en Historia de su cuerda (y de la ANC, y dirigente de la muy hostil Plataforma per la Llengua) un estudio sobre el nomenclátor de la ciudad, por aquello de aplicar la Ley Hiastórica de Figatélix: ya saben, hay que borrar de la memoria todo lo que sea de unos y recuperar (con cierto "maquillaje", en el proceso) lo que sea de otros. El de la ANC confeccionó un informe, parece ser que cobró 600 euros, y la concejal de ERC lo remitió a entidades vecinales y civiles, diciéndoles que era "un buen punto de partida" para una discusión seria sobre el nombre de las calles.

Opina el de la ANC que hay que quitar la calle de Antonio Machado. ¿Por franquista? ¿Antonio Machado? No, no por franquista, está claro. Pero... es españolista. Parece ser que ensalzaba a Castilla. La tierra de Alvargonzález. Por lo tanto, era anticalatán: no merece calle.

Y el tipo no se para en Machado: hay otros españolistas entre los nombres de las calles. Agustina de Aragón, Daoiz y Velarde, Alzina (un soldado ¡que era de Sabadell!)... También Garcilaso de la Vega, Quevedo, Góngora, Calderón de la Barca, Pizarro, Almagro, Béquer, Tirso de Molina, Lope de Vega,...

Por españolistas. No puede haber memoria de esta gente en Sabadell.

Y no para aquí la cosa: tampoco han de tener calle Bujaruelo, Candanchú, el río Gállego, Fuerteventura, la Rioja o Triana, por ejemplo. Ni Colombia, ni Uruguay.

¿Saben por qué? Pues porque el empleo de nombres de lugares de España (plus Colombia y Uruguay) contribuyen a generar un ideario españolista. Una cultura española. De pertenencia a España. Como hacen las vírgenes: de la Almudena, Macarena, Guadalupe, Begoña,...

Esto ocurrió el pasado junio. En agosto, El Mundo publicó la existencia de este informe. Por supuesto, llegó el escándalo y las excusas: es sólo un informe más, es la opinión de una persona, no se le va a hacer caso a ese informe, etc. Y que tranquilos, que Machado se queda, dice el alcalde. De los demás nombres no dice nada.

Por una razón u otra, voy a Sabadell con cierta frecuencia. A menudo veo a gente de allí, y este informe no llegará muy lejos. Pero no se trata de Sabadell. Ni del informe, si me apuran. Se trata de que el informe revela cómo piensan. Y no es un caso puntual, de un descerebrado que había conseguido tener engañados a todos. No, era uno de ellos, y además ellos lo leyeron en su momento y les pareció correcto. Más que correcto, les pareció un punto de partida muy bueno y así lo hicieron saber. Fue cuando les pillaron, que lo negaron todo. No, el informe les pareció válido porque está de acuerdo con lo que piensan. Y yo, que les conozco, se lo puedo asegurar.

Así son, así piensan. Los políticos y los no políticos, los fanáticos de la calle. 

Imaginen, si obtuviesen la independencia y el poder, los derechos que tendramos los "españolistas". Como los judíos de Alemania en 1933, lo mejor que podríamos hacer es irnos cuanto antes.

Hasta que eso ocurra, imaginen lo que es vivir y trabajar con esta gente, teniéndolos de vecinos, de compañeros de trabajo, de clientes o de proveedores. De maestros de nuestros hijos (uno de sus afanes), o de padres de amigos de nuestros hijos. O, simplemente, de vecinos de toalla en la playa o de plaza de garage. Vivimos entre ellos. Y ellos así piensan.



Ryan Adams - Desire

Agosto mezquino




Define el diccionario de la RAE mezquino como "tacaño", y también como "falto de generosidad y nobleza de espíritu". Yo soy de Aragón, la tierra noble, y la falta de nobleza de espíritu en una persona es un defecto que puntúo como muy grave; como se decía en mis tiempos de estudiante, es eliminatorio. Ningún mezquino aprobará, a mis ojos.

El 17 de agosto se produjeron unos ataques yihadistas en Cataluña. Yo me encontraba en Soria, y sólo pude seguirlos por televisión. Pero la primera declaración pública que oí, la de Puigdemont, me reveló la profunda mezquindad, la tremenda falta de nobleza de espíritu de este hombre.

Tras la suya se sucedieron declaraciones de otros, unas aún ej caliente, otras tras un tiempo de reflexión. En todas ellas se repitió la misma norma: las declaraciones de los catalanes revelaban una mezquindad tan grande...

En fin, no se trata de hacer un recuento de las mezquindades, de los retintines, las veladas acusaciones, los mensajes con segundas y las excusas para los mensajes con primeras; en los medios de comunicación y en las redes habrá, sin duda, relaciones profusas. También en la prensa extranjera: no me cabe duda que cuando se negaron, ante la petición de los periodistas extranjeros, a dar la información urgente primero en español (con plante de un periodista holandés incluido y chanza al respecto del jefe de la policía), quedaron retratados ante los ojos de todos.

Hay que explicar, al respecto, que cuando hacen una rueda de prensa la dan en catalán. Luego, tras la rueda catalana, hacen un resumen de lo dicho en español. Y luego aceptan, displicentes, algunas preguntas en español y en otros idiomas. Ahora hay que imaginar la displicencia con la que enfocaron las ruedas de prensa, la oportunidad que vieron de "fer país", y el interés evidente de los reporteros de los distintos países que tenían que informar a sus periódicos, radios y televisiones, sobre lo que había pasado y qué se sabía de sus compatriotas. 

¡Y luego...! Pasados los días del primer impacto, uno no se explica que ocurrieran: ¡es tan eficiente la policía catalana! ¡Es tan acogedora Cataluña, tan gran país! Para los políticos catalanes, nada se había hecho mal; si acaso, los demás: los españoles, los belgas, los franceses, los marroquíes. Todos mal, los catalanes soberbios. ¿Cómo van a mejorar, me pregunto, si no reconocen jamás haber cometido algún error? El Ministerio del Interior les había recomendado colocar bolardos y obstáculos en los accesos a las zonas más concurridas por turistas. No lo hicieron, y además se rieron de las recomendaciones: decían, jajá, cómo iban a poner bolardos en todos los cruces de todas las calles. 

Pero es que son así: se niegan a todo lo que venga "de España", sea bueno o malo. Para ellos no puede ser bueno, porque viene de España. El día anterior había habido una explosión en Alcanar. Opinan en privado mozos de escuadra que si hubieran dejado que la Guardia Civil hubiera podido echar un vistazo ellos, más expertos en estas cosas, habrían detectado las señales, los cientos de bombonas de butano que tenían almacenadas en el chalet, y quizá habrían detenido al equipo yihadista, quizá no hubiera pasado lo que pasó después. Pero oficialmente... ¡quiá! Los mozos de escuadra son la mejor policía del mundo y ellos solitos se bastan y sobran. Se callan que el mozo que tenían destinod a atención a los ciudadanos y que mató a tiros a cuatro terroristas en Cambrils había sido entrenado por el Ejército (no hay más que comparar cómo lo hizo y cómo lo hizo después una patrulla que localizó al quinto, huido). Y, por supuesto, se callan incluso las fórmulas protocolarias de "cuerpos y fuerzas de seguridad del estado" para referirse a la Policía Nacional y la Guardia Civil: como si no estuvieran.
¡Por Dios, si hasta han protestado porque se publiquen fotos de los Reyes visitando a los heridos en los hospitales, aduciendo que se les veía la cara a menores!

Y, sin embargo, hay muchas cosas que se han callado. No han dicho que los terroristas eran catalanes, y lo eran. Tremendo interés el que ponían en que los terroristas, cuando vivían en Ripoll, corazón y fuente de Cataluña, fueran independentistas y votaran. Porque lo eran, y constantemente les animaban a votar. Para ellos, puesto que iban a votar sí, eran catalanes y tenían derecho a decidir sobre Cataluña; un catalán que viviera en Zaragoza, en cambio, no.

Hay que decir, además, que esto viene de la época de Pujol; es decir, desde el principio. No quisieron nunca que vinieran inmigrantes hispanoamericanos. La razón es que hablaban español, y por lo tanto no tendrían necesidad de aprender catalán. No, prefirieron y potenciaron siempre que vinieran musulmanes: no tenían éstos ningún lazo con España. Y sí, el responsable de los inmigrantes reconoció en cierta ocasión que sí, que por supuesto que preferían a estos frente a los otros, y que sí, que por supuesto que la preferencia era por sus intereses independentistas (entonces creo que aún no se decía así, pero era la idea). ¿El resultado de todo esto? Alucinarían. No extraña pues que desde hace años se considere a Cataluña la principal base yihadista en Europa, o de las principales. Por cierto: no, los políticos de aquí esto no lo notan. Ellos viven en sus guettos y sus hijos van a escuelas privadas (¡y trilingües!), ellos no pisan la misma calle que los demás.

En las elecciones de los EE.UU. siempre se habla del voto hispano, el voto negro, etc. En Cataluña, es el voto musulmán. Y los separatas siempre presentan, en los puestos traseros, a un musulmán. Se localiza fácil, porque es el único que no tiene un nombre y dos apellidos de auténtico pedigree local. Es divertido, a veces, cómo los emplean en las campañas electorales; el voto musulman es su objetivo, descarado. Ya lo dice la canción de Les Catarres: "yo que soy más radical que el partido de Mohammed Jordi en campaña electoral".

Quizás sea ese interés electoral el que hace que nunca, repito, nunca, identifiquen los atentados yihadistas que ha habido a lo largo de los años como atentados yihadistas; para ellos son sólo atentados. Y condenan la violencia, sin más. Como mucho, la violencia "venga de donde venga". ¿Cómo pueden tomar decisiones correctas en este ámbito si se niegan a reconocer la realidad? Se niegan a afrontar que los atentados los cometen musulmanes en virtud de que son musulmanes, contra objetivos que no son musulmanes en virtud de que no son musulmanes. En ningún momento, para ellos, la religión es un factor. Más aún, se oponen a que los demás lo reconozcan así: no hay que criminalizar a la comunidad musulmana, claman. Y, en seguida, el insulto, su especialidad. En este caso, la acusación de islamofobia. Y luego, el siguiente paso: se apiadan... de los asesinos. Así, gran popularidad ha captado la carta que una educadora social que trabajó con los asesinos de Ripoll ha escrito, diciendo que le cuesta creer que tan buenos chicos hubieran hecho lo que han hecho. ¿En qué hemos fallado?, se preguntaba. ¡Ay pobres, qué les habrá pasado!, venía a decir. 

La culpa, dicen, es del imán. Pero el noticiero de TV3, cuando expresa esta idea de que la culpa de la perversión de estos chicos la tiene el iman de Ripoll, explica que "en Cataluña, la ley de libertad religiosa permite que cada comunidad nombre al obispo, el imán o el pastor que considere" (lee una voz sobre unas imágenes de una ceremonia religiosa cristiana). Ya ven, para ellos un obispo es como un imán, solo que nombrado por los fieles católicos del lugar. Mezclemos a obispos y pastores, que no se note que se habla de musulmanes. Y porque los budistas y los sintoistas zen no tienen pastores, que si no...

De verdad, es alucinante. Y no les ha importado destruir Cataluña, si con ello se alejan de España.

Por cierto: ¿independencia? ¿Usted cree que líderes tan mezquinos pueden llevar un pueblo a la libertad? ¡No me hagan reir! 

Lo digo en serio: la mezquindad de los separatas y de sus líderes es de salirse de la escala. Pero ellos, tan mezquinos son, no se dan cuenta porque no le dan ninguna importancia. Y el vulgo, no tan letrado como yo, suele describirlos con otra palabra, que reconozco que también los retrata como son: ¡cabrones!




Victor Manuel - El cobarde

 

sábado, 12 de agosto de 2017

Coolidge





Cualquier paleto sabe reconocer la cara de Einstein y ha oído hablar de Isaac Newton y de la historia de la manzana. En cambio, nadie sabe quién fue William Coolidge, y yo diría que Coolidge hizo más que ellos por sacarnos de las cavernas; claro que Coolidge era ingeniero, y su trabajo era precisamente ése: sacarnos de las cavernas.

¿Cuál es la diferencia fundamental que diría usted que hay entre la vida en el siglo XIX y la vida en el siglo XX? Un buen intento sería el motor de explosión y los automóviles, peron la vida en gran parte de la Tierra transcurrió durante gran parte del siglo XX sin motorizarse. Otro buen intento sería el teléfono, pero de nuevo tampoco, por las mismas razones que la motorización. No, en mi opinión el cambio que se produjo con el siglo, que diferencia una escena de uno con otra del otro y que, de hecho, cambió nuestros hábitos de vida, y lo primero que exigimos (incluso antes que el agua corriente), es la luz eléctrica. No la electricidad, que se controló desde 1830, sino la luz elećtrica: la bombilla incandescente.

¿Y qué tiene que ver la bombilla incandescente con Coolidge, si es un invento de Thomas Edison? Pues de eso va esta historia.

Sabemos que Edison "inventó" la lámpara de incandescencia. El fundamento es sencillo: la corriente eléctrica circula a fravés de un filamento, el filamento opone resistencia al paso de la corriente y al hacerlo se calienta, y cuando la temperatura que alcanza irradia la energía en una longitud de onda visible, "irradia luz". Edison empleó carbono para hacer el filamento, y la clave de su invento es que el filamento estaba en un bulbo de cristal en que había generado el vacío; gracias a este vacío, su bombilla llegaba a durar 40 horas. Esto es importante, porque de hecho la bombilla incandescente había sido inventada varias décadas antes, pero no eran viables más allá de los laboratorios. Por cierto que tampoco lo del vacío era un descubrimiento de Edison: en 1840 Warren de la Rue había patentado una bombilla incandescente basada en un filamento en el interior de un tubo de vacío, pero esa bombilla tenía un problema: el filamento era de platino, ya que en 1840 no se conseguía nunca un vacío perfecto (prueben ustedes si creen que es tan fácil), y siempre quedaba algo dentro del tubo. La razón del platino era que incluso a la temperatura de incandescencia era químicamente inerte, pero, claro, platino. La bombilla de Edison era mucho mejor que las bombillas anteriores, sí, pero convendrán conmigo que necesitaba mejoras.

Ahora bien, Edison era un fenómeno y fundó muchas empresas para explotar muchas de sus patentes, pero también consiguió que muchimillonarios como Vanderbilt le apoyaran económicamente y fundó una compañía muy especial, la General Electric, para en resumen seguir sus investigaciones.

Y la General Electric, una de las cosas que hizo, fue contratar a Coolidge para que mejorara la bombilla de Edison. Para entonces ya habían conseguido alargar la vida de las bombillas hasta 1.200 horas, pero todavía eran bastante rupestres. Los problemas los podríamos establecer en dos bloques: la cantidad de luz que irradiaba el filamento en proporción a la energía eléctrica necesaria, y el prblema de fabricar el vacío. En 1904, un húngaro , Sandor Just (Just Sandor para los húngaros, su apellido delante), patentó que el filamento fuera de tugsteno y estuviera en una bombilla con un gas inerte en vez de vacío, lástima que se rompían de sólo mirarlas y que los filamentos de tugsteno, en 1904, no eran fáciles de fabricar. Y aquí entra Coolidge.

¿Sabe usted cómo se extraen los metales de la tierra?

¿Sabe usted porqué la plata y el oro llamaron la atención desde el principio? Pues porque no estaban oxidados.

¿Y sabe usted porqué, desde que aparecieron los primeros seres unicelulares, pasaron miles de años hasta la explosión de las formas de vida? Pues porque no había oxígeno, en la atmósfera. El oxígeno, en su estado libre, no era uno de los componentes que formaron el planeta Tierra. Hace 3.850 millones de años aparecieron los primeros seres unicelulares, denominados cianobacterias. Las cianobacterias se nutrían del CO2, un componente en aquella época muy abundante, y liberaban el oxígeno que contenía el CO2. Las cianobacterias tardaron 2.000 millones de años, puede que más, en conseguir una concentración de oxígeno en el aire de apenas el 1% (hoy en día es el 21%), no hablemos ya del ozonos, O3, que también será necesario. ¿Qué pasó, qué mantenía el oxígeno tan bajo? Los metales. En que aparecía oxígeno, los metales se oxidaban. Sólo cuando se oxidaron todos los metales oxidables, empezó a sobrar oxígeno y a acumularse en el aire.

El caso es que los metales se extraen de la tierra bien combinados con el oxígeno (el hierro, estaño, aluminio, cromo, tugsteno, manganeso, berilio y titanio), bien con el azufre formando sulfuros (el cobre, plomo, cinc, níquel, antimonio, bismuto, cadmio y molibdeno). Y uno puede separar el metal (su óxido o su sulfuro) por medios mecánicos hasta cierto punto, pero la separación definitiva ha de ser empleando la Química. Y ¿saben qué ocurría? Que cuando se conseguía separar el oxígeno o el azufre, el metal resultante se obtenía en polvo. Luego, ese polvo se puede sinterizar, extraño palabro para los que no son metalúrgicos, que consiste en comprimir el polvo (y cuanto más fino el polvo, mejor) en forma de lingotes, llevarlo casi al punto de fusión del metal y seguir comprimiendo: el emtal se cohesiona, y lo que se obtiene es un lingote macizo.

Seguimos con Coolidge. Gracias a Sandor Just se sabía que el tugsteno (que se había identificado ya en 1781 y que, por cierto, los primeros en obtenerlo en 1783 fueron dos químicos, hermanos ¡de Logroño!: Juan josé y Fausto Elhuyar) era el material ideal para los filamentos de las bombillas, pero no había técnica para fabricar alambre del grosor necesario a partir del polvo de tugsteno. Coolidge vio claro el problema, y que para resolverlo tenía, como primer paso, que estudiar el tugsteno. Y descubrió que el tugsteno tenía una curiosa propiedad: los lingotes eran frágiles a la temperatura ambiente, pero poco antes de la temperatura de sinterización se podía trabajar y mejorar sus propiedaddes, de forma que a temperatura ambiente conservaba la ductilidad, gracias a lo cual se podía estirar en alambres... finos como el filamento de una bombilla.

Por cierto, un chascarrillo: un uso que usted no conocerá del tugsteno es... falsificar el oro. El tugsteno tiene casi la misma densidad que el oro, así que basta con dorarlo para que dé el pego. E incluso (se cuenta aquí) se ha quitado oro de lingotes y se ha rellenado con tugsteno.

Y es que el tugsteno tiene muchas curiosidades. Por ejemplo, es el elemento que funde a más alta temperatura (3.422 grados Celsius) y se vaporiza a 5.930 grados, dos menos que el Renio que es el que lo hace a mayor temperatura.

La General Electric contrató a Coolidge en 1905. En 1909 consiguió el "tugsteno dúctil", y desde 1911 las bombillas tuvieron un filamento de tugsteno.

Coolidge inventó también en 1913 el "tubo Coolidge", para los rayos X y que aún se usa (y que incluye un filamento de tugsteno, ja ja): gracias a Coolidge se desarrolló la medicina radiológica.

Ya ven: Coolidge era un crack. Pero era ingeniero, y quizá por eso no es famoso. Era un profesional, lo contrataron, dirigió un equipo de técnicos e hizo su trabajo. Sí tuvo reconocimiento, pero por alguna razón los premios entre ingenieros no llaman la atención del público, y cien años después hay que ser un técnico muy especializado para saber de él. Es igual, estoy seguro de que Coolidge no buscaba la gloria y la fama: como he dicho, era un ingeniero, lo contrataron e hizo su trabajo.

Nota adicional: si siguen el enlace de Wikipedia que he puesto sobre los premios que ganó, verán que unos días antes de su muerte lo eligieron para el salón de la fama de los inventores americanos. Suena muy bien, pero no crean que es un reconocimiento justo a sus méritos: en este salón, como quizá en casi todos los "salones de la fama", los primeros incluidos son inventores de tomo y lomo, pero a medida que pasan los años el nivel medio para entrar baja, y hoy en día... ¡buf! Eso sí, Coolidge es de los primeros: el 7º. Lo triste (para mí) es que ingresó por su tubo de rayos X, no por la mejora de las bombillas de su jefe (Edison murió en 1931).

En fin, para mí Coolidge es uno de los que más ha hecho para sacarnos de las cavernas. Se merece un poco más de reconocimiento, digo yo. 




Meat Loaf - Bat out of Hell

martes, 8 de agosto de 2017

La sombra del helicóptero




Cuando era chaval, en cierta ocasión - no recuerdo por qué, imagino que sería con ocasión de mi santo- me regalaron un librito ruso sobre matemáticas recreativas. El libro empezaba con una serie de preguntas que unos huéspedes de un albergue tenían que resolver durante una tertulia, y una de las preguntas versaba sobre un helicóptero que partía de Leningrado (yo era chaval, ya digo) y volaba en dirección norte durante  500 km; luego torcía al este y recorría otros 500 km; giraba al sur otros 500 km y por último recorría 500 km en dirección oeste. 500 al norte, 500 al este, 500 al sur y 500 al oeste: ¿dónde aterrizaba el helicóptero?

Hay tres soluciones posibles. La primera es decir que yo no sé, yo soy de Letras. Personas a las que sólo la mención de números les bloquea el cerebro y ni siquiera intentan entender el problema. La segunda es decir que aterriza en Leningrado (¿dónde si no?), y la tercera es que aterriza al este de Leningrado. De hecho, sabiendo que Leningrado está a 60 grados Norte, es fácil deducir que aterriza a 80 km al este de Leningrado.

El problema es fácil de resolver si uno tiene una visión espacial del problema, imagina la Tierra como una esfera y traza mentalmente el recorrido del helicóptero en las tres dimensiones. Sin embargo, muchas personas piensan en 2 dimensiones: la Tierra siempre se representa plana y en su cabeza, cuando resuelven problemas de viajes, también se la representan plana. Y, claro, en 2D el helicóptero hace un cuadrado: por fuerza ha de aterrizar en Leningrado. No pasa nada, uno puede explicarles su error, y las personas lo entienden. O no, la verdad: hay quien lo capta rápido, hay a quien le gusta y hay quien... "es que es de Letras" y dice que sí, pero no lo entiende: es un problema sin importancia, y no hay que dedicarles más neuronas: se finge que sí, y pasemos a otra cosa.

¿Por qué les cuento todo esto? Pues porque el problema del helicóptero es un botón de muestra excelente sobre cómo pensamos, cómo razonamos. Cómo enfocamos los problemas.

En este caso del helicóptero, ya cuando se nos plantea el problema los ingenieros escuchamos el enunciado ya pensando en 3D: para nosotros, el problema es muy sencillo. Para mucha otra gente el problema también lo creen sencillo, pero no aciertan la solución. Y para muchos de éstos, entender la solución es muy difícil: no les es fácil pensar en 3D.

Pues bien, si reflexionan se darán cuenta de que los ingenieros vemos la realidad de forma diferente a la mayoría de las personas. Como si ustedes la vieran en blanco y negro y nosotros en colores: diferente. Esto se manifiesta en muchas cosas sin importancia (como la manera óptima de llenar un lavaplatos o pasar la caja del supermercado), pero por fuerza también en muchos aspectos de la vida normal.

A veces pasamos por bichos raros. Y sí, somos raros. Pero intenten ponerse en nuestro lugar: pocas cosas hay más frustrante para nosotros que toparnos con alguien que no entiende lo del helicóptero, por más que le expliquemos. Y, para nuestra desgracia, éstos no son raros.



Por cierto: la tertulia del albergue ruso continuaba con la siguiente pregunta: ¿la sombra del helicóptero es mayor, igual o menor que el helicoṕtero? Pista: los rayos del sol se consideran paralelos.



Víctor Manuel - Sólo pienso en ti