jueves, 16 de diciembre de 2021

El túnel de Glorias

No acostumbro a coger el coche por Barcelona ciudad por motivos personales; ya se han encargado Colau y sus secuaces de que prefiera no salir de mi barrio. Por motivos profesionales es otra cosa: no queda más remedio.

El túnel de Glorias es uno de los orgullos urbanísticos de la hégira de Colau. No es que el proyecto fuera de ellos, de hecho creo que el proyecto original se escribió con caracteres cuneiformes sobre tablillas de madera, pero tras más años de obra de los que estuvo en pie en tambor anterior se empieza a ver la luz al final del túnel. Y yo he pasado un par de veces por ahí. Luz, lo que se dice luz... muy bien. Cómo se nota que es un túnel recién estrenadito. Pero...

El firme del túnel parece que lleve 30 años y que todos los días circulen miles de vehículos de gran tonelaje. ¡Madre del Amor Hermoso! Y cuando paso por ahí no puedo dejar de pensar en qué diantres habrá pasado, pues es evidente que quien ha sabido ejecutar el túnel sabe hacer un firme de calzada en condiciones. Y sólo se me ocurren dos explicaciones.

La primera es que, por razones presupuestarias, cuando llegó el momento de ejecutar la calzada ya no tenían dinero para pagar a trabajadores competentes y tuvieron que echar mano de los indocumentados que encontraran por ahí, y que los problemas vinieran de una mala ejecución por parte de la constructora. Es cierto que la obra ha tenido en todo momento problemas de presupuestos, sobre todo porque el proyecto era muy muy malo y no previó la cantidad de imprevistos que surgieron. A lo que, en defensa de la ingeniería que redactó el proyecto, cabría decir que apenas tendría presupuesto para hacer los estudios necesarios, pero también es cierto que ellos debían saber dónde se metían por el dinero que se metieron. Ya sé que las constructoras tienen muy mala fama en estos asuntos, pero la verdad es que en un caso como éste yo me inclino a favor de ellas y en contra del ayuntamiento. A las constructoras, como diría un arriero, las han puteado pero bien. Lo del ayuntamiento raya en el abuso ilegal, y casi que al otro lado de la raya. Así que si llegado el momento del firme la constructora se hubiera quedado sin dinero por los diversos imprevistos y atrasos, seguro que habría pedido más al ayuntamiento. Y habría sido el ayuntamiento quien lo hubiera negado.

La segunda posible explicación es que no dieran plazos para ejecutar bien el firme. Me imagino la escena: "venga, acabad ya, recogedlo todo y listos que inauguramos en dos horas". Montones de chapuzas se han cometido por hacer las cosas deprisa, y las que se cometerán. Bien podría ser ésta una de ellas, aunque cueste creerlo en una obra de esta magnitud. De nuevo, la culpa es del ayuntamiento, por primar la velocidad a la calidad.

En definitiva, el resultado final es lamentable. El ayuntamiento no debería haberlo aceptado, y el hecho de que sí lo haya aceptado e inaugurado me hace pensar que en verdad son ellos los culpables del zancocho, que lo sabían antes de ello y que lo aceptaron.

Una reflexión adicional. La urbanización de la plaza de las Glorias Catalanas es un problema muy difícil, si no irresoluble. El tambor anterior era una solución, pero no una gran solución. El túnel de ahora es posible que sea una buena solución, el tiempo lo dirá. La obra, desde luego, ha sido o la han convertido en faraónica. Colau y su tropa ya se encontraron el pescado vendido cuando llegaron al poder, y su responsabilidad es cómo lo han gestionado en los seis años y medio que llevan y lo que aún les queda, que sólo está abierto el túnel en un sentido. Lo que quiero decir, el túnel de Glorias no es una obra para que la gestionen aficionados. Y parte de los problemas es que al ayuntamiento llegan aficionados. En este caso concreto, aficionados fanatizados, sin inteligencia y llenos de prejuicios irrenunciables. No exactamente el gobierno de los mejores.

El caso es que el túnel está recién inaugurado y la calzada parece que lleva 30 años sin mantenimiento. Es indignante.