sábado, 14 de octubre de 2017

El giro de la tortilla




En el futuro, el prusés se tratará en los libros de Historia. No sé qué se contará, si la verdad o lo que los separatistas dicen que es la verdad; ni siquiera sé si se hablará de cómo ellos quisieron que sus deseos fueran la realidad y transmitieron que la realidad era lo que no eran más que sus deseos. Cómo mintieron, engañaron y manipularon. Lo que sí sé es que los libros sólo podrán ser un pálido reflejo, difuminado, borroso y distorsionado de lo que en realidad fue.

Se ha escrito mucho sobre la revolución francesa. El francés siempre ha sido muy dado, soberbio como es, a contar sus memorias, y gracias a ello tenemos mucha información de aquel periodo. Grandes novelistas han escrito intentando describir cómo fue la vida en ese momento, y es un proceso que se ha querido desentrañar y comprender desde hace más de dos siglos. ¿Por qué se ha escrito tanto? Pues porque fue imposible, y me temo que lo será para siempre, escribir la obra definitva, la que nos explique qué paso, cómo, porqué. Cómo se vivió.

Por suerte para mí, haber vivido el prusés me ayuda a entender lo que pasó en Francia en aquellos años. Aunque es un entendimiento que preferiría no haber obtenido.

Este escrito, aunque privado, tiene vocación de ser leído dentro de años. Como decía al principio, no sé qué información previa tendrá el lector. Muchos han contado mucho mejor de lo que yo lo haría la verdad de lo que ha sido esto. Lector del futuro, por favor busca estas fuentes. Asegúrate de que sean notarios verdaderos de lo que pasó, que vivieran entre nosotros entonces, que de verdad lo sufrieran. Sólo los que hemos vivido y hemos sido conscientes de lo que en realidad estaba pasando podemos ser fidedignos; desconfía de los demás, pues traduttore traditore.



Es curioso cómo en siete días se les ha girado la tortilla. 

El primer golpe fue la celebración del 1-0. En concreto, el relato que los separatistas hicieron del 1-0.

Una de las grandes bazas del prucés ha sido, durante todos estos largos años (como 37) ha sido el no ser detectado. Incluso cuando se hizo público la existencia de un prusés, éste se las apañó para no ser descubierto como realmente es, sino que consiguió engañar a casi todo el mundo. El 1-0, acostumbrados como estaban a que todas sus trolas colaran, quisieron ganar por goleada y se pasaron de listos.

Quizá el principio de su fin fue cuando el atentado del 17 de agosto, cuando el mozo en jefe Trapero despachó al periodista holandés que le pedía que se comunicara en español, idioma ése que sí entendían todos los presentes. Su esto son lentejas, si la quiere bien y si no las dejas creo yo que abrió los ojos a todos ellos, que empezaron a sentir en sus carnes cómo las gastaban los prusesistas. Tres semanas después, con la mosca aún detrás de la oreja, hicieron la sesión en el parlamento del seis y madrugada del siete de septiembre. Y los periodistas, despertados por lo de Trapero, lo vieron con ojos que los separatistas no se esperaban, que no eran los de siempre. A partir de ese momento, la percepción de quiénes son estos tíos y qué pretenden que el mundo tenía cambió por completo.

El 30 de septiembre los mandamases del prusés eran consciente de que estaban perdiendo la batalla de la opinión pública. Para ellos, el 1-0 era la última oportunidad que tenían de volver a como antes. Y se pusieron a ello; sólo que se pasaron de rosca. 

¿900 heridos por la policía? Dejando de lado que todos los países europeos están acostumbrados a que los antidisturbios den porrazos (para eso los tienen y los entrenan) y que por lo tanto no les escandalice, no tardaron mucho en notar cosas raras. 900 heridos y sólo dos atenciones hospitalarias: una de ellas, un tipo que sufrió "ansiedad" y le dio un infarto viendo lo que estaba pasando. Ni partes médicos, ni nada. Los heridos no aparecían por ningún lado. Luego, las fotos que aportaban. MIrándolas, resultaba que eran fotos de hace años y de otras policías. De Chile, por ejemplo. O de represiones de los mismos mozos. ¿Fotos falsas? ¿Mentiras? Y entonces, la gran pregunta: ¿pero es que hay algo de verdad en lo que nos han estado contando estos tíos?

Al día siguiente, todo el mundo estaba de acuerdo: no, no nos gustan los porrazos de los antidisturbios, pero en esta historia los prusesistas no son los buenos.

Y entonces empiezan a circular los vídeos de lo que fue en realidad el 1-0. Y lo que se ve son a padres que emplean a sus hijos como escudos humanos, que los llevan a la algaradas precisamente para eso. A una turba introduciendo papeletas (que no votos) en las urnas como si les fuera la vida en ello. Sin ningún control, varias papeletas cada vez, gente metiendo papeletas varias veces,... Habían cambiado las reglas de la votación por la mañana, cada uno podía votar donde quisiera (según dijeron, para eludir la acción de la policía), así que nada tendría de extraño que un pueblecito de 500 habitantes tuviera 6.000 votos. Pero los vídeos de lo que realmente pasó... Digamos que aquello no fue serio, así que pretender que sí lo era; más aún, que era solemne.... era ridículo.

Los prusesistas estaban haciendo el ridículo.

El martes convocaron una huelga general. No los sindicatos, ojo, sino el gobierno autonómico. Una huelga oficial que denominaron "paro de país". Yo trabajé. Con gran rendimiento, por cierto. Resultó curioso que la huelga fuera oficialmente para protestar contra la represión policial del domingo, habiendo sido planificada y anunciada la semana anterior. También resultó curioso que Puigdemont dijera a sus funcionarios que hicieran todos huelga, que no se les descontaría el día no trabajado del sueldo. Luego, Montoro avisó que de eso nada, que se descontaría. No soy funcionario, pero teniendo en cuenta que ahora cada pago lo hace Montoro y no Puigdemont... ya veremos qué tal les sienta a los funcionarios huelguistas que no les paguen el día que no trabajaron.

El paro del país fue, desde el punto de vista mediático, total. Pero como los trabajadores hemos de llevar garbanzos a casa, al día siguiente todo el mundo a lo de cada día. Es decir: resultado práctico, ninguno. Peor aún: huelga general convocada por el gobierno y en contra de la opinión de los sindicatos, para protestar contra una represión policial  muy light (todos tenemos presente las represiones de los mozos, incluso que le sacaron un ojo a Esther Quintana) que además se estaba demostrando esos días que era una burda manipulación de ese mismo gobierno autonómico... La imagen de los prusesistas estaba cayendo en picado.

El martes a las nueve de la noche el Rey habló en un discurso televisado. Como cuando el 23-F, aquello fun un todos firmes y atentos a mi voz. Una voz muy ronca, decidida, que transmita enfado, si me permiten decirlo. Y el mensaje fue claro: esto de Cataluña ha ido demasiado lejos, no se va a permitir la independencia y no va a haber ningún diálogo. Ítem más: la deslealtad institucional de las autoridades catalanas ha sido tan evidente que no se va a pasar por alto y va a ser castigada.

En ese momento, todo el mundo supo que la aventura iba a terminar mal.   Lo que no nos imaginábamos eran los detalles de lo que iba a suceder a continuación.

El miércoles salta el anuncio de que los bancos se iban a ir. El jueves se fue el Banco de Sabadell. El viernes, la Caixa. Y no solo los bancos: Gas Natural, Abertis, Planeta, olacao y Nocilla, Bimbo, Catalana Occidente, Adeslas, empresas tecnológicas y de biotecnología, el banco Mediolanum y la antigua caja de Arquitectos,... En tres días, 540 empresas trasladan su sede social a fuera de Cataluña. Notarios y registradores de la propiedad no dan abasto. ¿Qué está pasando? Lo de los bancos lo explica: la gente está retirando sus depósitos en masa, llevándolos a entidades de fuera de Cataluña (no que estén fuera, sino que la sede social lo esté); también a oficinas de fuera, Fraga, Binéfar, Vinaroz. Los bancos catalanes ofrecen el servicio de creación de cuentas espejo, domicilar el dinero en Zaragoza o Madrid pero dentro de la misma entidad, pero n aun así. En toda España la gente saca el dinero de los bancos catalanes, que están a punto de quedarse sin liquidez. Sin dinero. Sus acciones en bolsa están en caída libre, han de hacer algo. Su pecado es que son catalanes, ergo han de dejar de serlo. 

Y con los banco y tras los bancos, todos los demás. Es muy difícil vender en España si se es catalán: los responsables de compras de muchas industrias se lo dicen claramente a sus proveedores, y el mensaje se entiende.

Además, no está claro lo que va a pasar. ¿Huelga general convocada y promovida por el gobierno? ¡Estos tíos son capaces de cualquier locura! Estampida del dinero. Cataluña no es sitio para negocios, está claro. Ése es el mensaje que transmiten. con sus deserciones. Empresas alemanas deciden trasladar también la sede oficial de sus delegaciones, por si acaso. Y llega el punto de que incluso los empresarios separatistas domicilian a sus empresas fuera.

España entera se descojona. 

Quizá algún separatista empieza a darse cuenta de que quizá la independencia no sea el paraíso prometido, no lo sé. Pero lo cierto es que empiezan a oirse opiniones entre sus líderes de que en realidad lo de la independencia no corre tanta prisa. Como lo leen. Que sí, que la ley que se dieron les decía bien claro que a las 48 horas del referéndum se proclamaría la independencia (me temo que perder el referéndum sería ilegal), pero como que la ley también decía que los resultados los tenía que proclamar la Sindicatura Electoral, y esta sindicatura no existía por dimisión de todos sus miembros (a los que el TC les había avisado que tendrían una multa de12.000 euros diarios, y se conoce que no estaban muy convencidos estos síndicos de que lo de la independencia fuera a ir en serio...), pues... Además, decían estas voces, la cosa no viene de seis meses más o menos, ¿no?

España entera sigue descojonándose. Y Puigdemont sigue sin decir esta boca es mía.

Para forzar al presi a decir algo, se declaran los resultados del referéndum. Más del 90% a favor del sí, algunos noes, otros en blanco (¿?) y otros nulos (¡¡¿¿??!!). Y millones de votos, montones de millones. ¿Cómo los contaron? No se sabe. Sin censo, sin control de los votos, sin soporte informático, sin centro de control del referéndum, sin contadores fidedignos de votos (los contaban los mismos hiperventilados que llenaban las urnas, ya se pueden imaginar)... Esto, por no decir que todo el mundo conocíamos de primera mano irregularides de todo tipo.

A estas alturas, la credibilidad de los prusesistas estaba tan por los suelos,q ue a nadie le importaba el resultado. Lo importante es que se proclamaba el resultado, y por lo tanto empezaban a correr sus 48 horas legales.

Ese viernes, despiporre: convocan un pleno para proclamar la independencia el lunes, el Tribunal Constitucional lo prohíbe... y los tíos que iban a independizarse de España y que juraban que se negaban a acatar al TC... hacen caso y anulan la convocatoria. Recordemos que los separatas habían cerrado el parlamento el 7 de septiembre, en las cuatro semanas clave de todo esto Cataluña estaba, por decisión de los demócratas separatistas, sin Parlamento. Total, que Puchi resuelve la cosa pidiendo un pleno el martes para ir él a informar de la situación política. Tal cual. Sin mencionar "independencia", "referéndum", "resultados", etc.

Esto del martes no me extrañó: si dos manifestantes cuentan como 4, 48 horas para ellos duran 96. Pero ¡ay! el martes 10 de octubre está muy lejos.

No sé si se dieron cuenta del fallo garrafal que estaban cometiendo al hacer las cosas tan despacio. Si hubieran proclamado los resultados el mismo domingo por la noche, como en cualquier país decente, y el martes de la huelga, por la tarde, hubieran proclamado la independencia, habrían tenido oportunidades. Pero se esperaron demasiado. Hubo tiempo para desentrañar públicamente todas sus mentiras, hicieron el ridículo, las empresas se largaron en masa, se desató una psicosis colectiva de "esto - la vida tal y como la conocemos- se va al garete"... Yo creo que es que ni ellos mismos querían de verdad la independencia, porque saben las consecuencias que tendrán que pagar: la cárcel para ellos. Están en un punto que sólo quieren la impunidad judicial, evitar la trena, y no saben cómo lograrlo. De ahí que digan que quieren dialogar. El domingo 8 les estalló la catástrofe.

Yo estuve allí.




El arma principal del prusés en estos últimos años ha sido la Diada. En Cataluña, desde hace unos años, por "Diada" entendemos la manifestación de la ANC, hasta el punto de que no me extrañaría que, cuando esto acabe, se elimine la fiesta del 11 de septiembre y se cambie por el23 de abril. La Diada es la expresión máxima de los separatistas: es mi fiesta, tú aquí no pintas nada fascista, y aquí sólo se cuenta lo que yo quiero que se diga, y punto. Las manifestaciones han sido todas multitudinarias. No con los millones de asistentes que se autootorgan cada año (¡qué más quisieran!), pero sí cientos de miles. Estos cientos de miles ellos, por supuesto, lo han vendido como la voz del pueblo catalán. Para ellos, era toda Cataluña la que se manifestaba, y al así hacerlo todo lo que ellos hicieran quedaba legitimado. Fuera lo que fuera. El famoso mandato del pueblo. Y la doctrina de que lo legítimo es lo que quiere el pueblo, no lo que dicten las leyes. 

Y se ha vendido muy bien. Todo el extranjero, viendo las imágenes de la diada de cada año, decía siempre: "los catalanes esto, los catalanes aquello". Todos asumían que los manifestantes representaban a la totalidad de los catalanes. Argumento, además, que no se les podía rebatir, porque entonces saltaban con un "muy bien, entonces contémonos, hagamos un referéndum para saber cuántos somos en cada bando".

Este relato se les vino abajo el 8 de octubre. Yo asistí, y he de decir que salvo un par de manifestaciones estudiantiles, fue la primera manifestación a la que he asistido en mi vida. Creí que asistirían unos pocos miles, y allí que me fui. Al llegar a Plaza de Cataluña ya noté que seríamos algunos más; mi idea era ir por Fontanella hasta Urquinaona, pero mucha gente. Me desvié por el Portal del Ángel y la calle Comtal hasta la Vía Laietana, pero la policía había cerrado la calle Comtal porque es la trasera de su comisaría, así que accedí por la siguiente. Muchísima gente; escribí por whatsapp que en mi opinión tendrían que cambiar la marcha por una concentración, porque no podría haber movimiento, pero a las 12 algunos organizadores dieron la señal de moverse, y me moví.  Me muevo bien en las bullas y no me paraba a gritar consignas, así que llegué a la Estación de Francia de los primeros: me senté junto a los periodistas de radio, rechacé un par de entrevistas, y esperé. Las rechacé porque me advirtieron que serían 20 segundos, y yo con 20 segundos sólo puedo hacer el ridículo: éste no es un problema que se explique en 20 segundos.

Esperé, y esperé. A las 2 me fui: la cabecera aún no había llegado, porque no podía avanzar: los manifestantes que estaban delante de la cabecera estaban atrapados por las vallas que delimitaban el escenario y la zona VIP, y no conseguían desplazarlos.Lo de "me fui", entiéndase, fue un "inicié la retirada".

De vuelta a casa, por el Paseo Companys, me di cuenta de cuánta gente habría ido. Cientos de miles. Quizá 500.000, no sé. En cualquier caso, comparable a las manifestaciones de la diada.

Aquello no se lo esperaba nadie. Ni los manifestantes, ni los organizadores, ni los separatistas, ni la gente ajena que siempre había creído a los separatistas. Se veían las diferencias, claro: la Diada se convoca seis meses antes, con el apoyo del govern y de todos los alcaldes, con autobuses organizados, con la policía municipal a favor, con las empresas de transporte (metro, autobuses, etc) a favor, la gente se ha de apuntar para asistir en un determinado punto, se compra el kit oficial de la manifa, se ensaya la coreografía en diversas fiestas, se promociona hasta en la sopa, TV3 se desvive por ella, y la manifestación termina siendo lo más parecido a Corea del Norte posible fuera de Corea del Norte.

La manifestación española, en cambio, se convocó siete días antes y de esa manera, sin TV3 ni medios oficiales, teniendo todo lo oficial - de rango autonómico y municipal- en contra, los organizadores era la primera vez que se veían en una de éstas,... Fue una manifestación espontánea, y por ello natural. Y se notó. Lo notaron.

De repente, el relato de "nosotros, el pueblo de Cataluña", se había roto.Y con todo lo que había pasado, la interpretación fue clara: para ellos, los demás no éramos pueblo de Cataluña. Los separatas, además de mentirosos, eran ya vistos como zenófobos y supremacistas. Quitado el velo, todas sus acciones se volvían a juzgar con un nuevo prisma. Y la revista francesa Charlie Hebbo los saca en portada, mofándose de ellos. Una revista americana titula el artículo diciendo que la secesión de España sería como si Illinois se separara de los EE.UU., y que no había que apoyar ni animar a los "catalanes".

La tortilla había girado completamente, y lo sabían. Su única escapatoria era  una represión brutal de España que les valiera para presentarse como víctimas de injusticia por exceso, o que Rajoy accediera a "dialogar" (negociar la amnistía, en realidad) ante la posibilidad de que los hiperventilados hicieran alguna cosa gorda.

Pero no. En mi opinión, la diferencia de penas por un delito de rebelión frente a uno de sedición es tan grande que justifica la espera, y or eso Rajoy espera.

El martes 10 de octubre, Puchi la caga definitivamente.

Aunque no se había anunciado con ese fin, todo el mundo sabía que el martes Puchi iba a anunciar (o no la independencia). Puchi, como adolescente que es, sigue la táctica que seguíamos nosotros al poner las fechas de exámenes: cuanto más tarde, mejor. El pleno que tenía que ser histórico se convoca a las seis de la tarde. Por qué no se hace a las 9  o a las 10 de la mañana como las personas normales es algo que se me escapa, pero sí sé que los separatistas tienen querencia por actuar cuando los que les pueden castigar ya han cerrado, así que no me extrañó. Eso sí, se conoce que las seis de la tarde era demasiado pronto, por lo que lo retrasaron una hora más. Las siete. Y entonces Puigdemont hizo la declaración.

Nadie sabe qué declaró. Puede que fuéramos independientes durante ocho o diez segundos; puede que en ningún momento, o puede que aún lo seamos (declaró que "propondría al Parlamento que suspendiera la declaración de independencia", pero no dio opción al Parlamento de decidir ni votar nada). Nadie, insisto, nadie sabe qué declaró.

Lo que sí sabemos es que Puchi, autootorgándose todos los poderes, decidió que él decidirá todo.

Y también que al acabar la sesión, los 72 diputados separatistas firmaron una declaración de independencia. Explicando, eso sí, que dicha declaración carecía de cualquier valor jurídico, ¡ey! A ver si les iban a trincar por declarar la independencia (insisto, me asombra la poca fe que tienen en el éxito de su prusés).

Pero poco tiempo ha ganado Puchi con esta treta, porque la respuesta de Rajoy ha sido enviarle un burofax ordenándole que aclare si declaró o no la independencia, y advirtiéndole que cualquier respuesta que no sea un no claro se interpretará como un sí (vamos, que no valía enviarle la transcripción de su declaración). Puchi tiene hasta el lunes para responder.

Y nadie sabe qué va a responder.

Tiene tres opciones. Puede decir que sí que la declaró (aunque inmediatamente la suspendió, por si sirve de algo). Puede decir que no la declaró, que todavía cree en el diálogo (y, de cara al mercado interior, explicar que es una carta que todavìa se guarda). O puede no responder. Como si fuera un juicio, ya que si no responde todavía está a tiempo de negar que la hubiera declarado, algo es algo. 

En este punto es Europa la que se está descojonando.





¿Qué dirá? Hoy, en el mercado, el charcutero, hablando de comportamientos y salidas de tono de gente en el mercado, me ha comentado que "la gente está muy nerviosa". Le pregunté si se refería a los paradistas o a los clientes, y me respondió que "todos".

Yo lo que puedo decir es que estas dos semanas los hiperventilados que conozco parece que que se les ha venido el mundo encima. Están al borde de la depresión. No me dan ninguna pena, claro, pero se han despertado y en vez de una bicicleta tienen carbón. Y una carta que les dice que en seguida les llega más.

No dirá que sí. Si dice que sí, es rebelión y muchos años de cárcel para todos, y además lo pone en bandeja: confiesa el delito, sin atenuantes.

No creo que diga que no. Si lo hiciera, los cien que irían a la cárcel con él respirarían aliviados, pero este tío ha perdido el juicio. No es consciente de la realidad.

Yo creo que no responderá. No descarto que diga que no, confiado en que podrá lidiar con su bando, engañados como los tiene hasta ahora (le creen el líder refulgente que les llevará a la libertad), y estoy convencido de que no dirá que sí (ya se encargarán los cien de que no lo haga), pero mi voto es que no responderá. Tiene que estar negociando a marchas forzadas, tirando de cualquier contacto que se le ocurra para hacerle llegar los mensajes a Rajoy. ¿El mensaje? Puigdemont convoca elecciones anticipadas el mismo lunes por la mañana, y sólo se le juzga por sedición, no por rebelión. Y no se aplica el artículo 155, no se suspende la autonomía, no se intervienen los mozos, no se tocan las competencias y se estudia la posibilidad de reformar la constitución. Por su parte, los miembros de la banda que no vayan a la cárcel se encargan de desmontar el tinglado hiperventilado, y pelillos a la mar.

Yo creo que ésta es la opción que planteará Puigdemont (tampoco tiene tiempo para muchas negociaciones, cuidado). Y yo creo que Rajoy aceptará. A fin de cuentas, para él aplicar lo del 155 también es un lío.



Llegados a este punto, el miedo mío (y lo peor: estoy convencido de que así va a ser) es que esta crisis se va a cerrar en falso. Sí, Puchi, Junqueras, los Chordis,  la Forco y algunos más van a ir a la cárcel. Las empresas que se han ido no volverán, y nunca sabremos el daño que esto nos va a ocasionar. Pero poco más. Habrá elecciones, saldrá una sopa de letras y una coalición gobernará la autonomía. Si es de los hiperventilados, se limitarán a salvar lo que tienen y a no hacerse notar; todo lo más, cerrarán alguna embajada y le cambiarán el título a otras. Si es de los españoles, cambiarán algunos cargos, cortarán las subvenciones a los hiperventilados y se dedicarán a gestionar la res publica. Con suerte, aflojarán un poco la inmersión. Y, gobierne quien gobierne, en tres años elecciones de nuevo.

¿Por qué digo que esta crisis se cerraría en falso? Pues porque no resolvería ninguno de los problemas estructurales de Cataluña.

En primer lugar, Educación seguirá siendo competencia autonómica. En segundo lugar...

Para entender mis razones, hay que entender antes, de verdad, lo que ha pasado aquí. Y me temo que casi nadie, y rajoy menos que nadie, es consciente.

Un número enorme de catalanes quiere separarse de España. Un número enorme cree de verdad que España les oprime, les roba y les tiene subyugados.

Lo que a un español no le cabe en la cabeza de todo lo que ha pasado es cómo es posible que Mas, Puchi y cía hayan sido tan desleales. Que siendo los máximos representantes del Estado en Cataluña hayan sido los que más hayan combatido contra el Estado, y que lo hicieran aprovechándose al mismo tiempo al máximo de todos los beneficios que el Estado les concedía como representantes máximos del Estado en Cataluña. Trabajé un tiempo en una empresa que se hundió porque su comercial, sin saberlo nadie, se dedicó a trabajar para la competencia: en poco tiempo perdimos a todos nuestros clientes. Y le preguntábamos al comercial qué creía que estaba pasando, y él decía que tampoco lo comprendía. Aquí es lo mismo.

Pues bien, no se trata de Puchi ni de Mas. Son todos ellos. Estamos defendiendo una ciudad sitiada en la que sin que nosotros lo sepamos un número enorme de habitantes quiere abrir las puertas al enemigo. Las deslealtades y las traiciones de Puchi y de Artur las repetiría cualquiera de ellos, una y mil veces. Por ejemplo, lo de los mossos y el sistema de espionaje secreto que montaron, con el que espiaban a la policía nacional y a la guardia civil, intervinieron conversaciones telefónicas y todo eso sin ningún tipo de control judicial. Hoy por hoy, el cuerpo de los mozos de escuadra es el máximo exponente de los traicioneros que pueden llegar a ser. Insisto en que no hablo del total de los catalanes, sólo de un número enorme de ellos.

Lo que hay que entender es que van a esperar agazapados que llegue su momento. Y mientras tanto todos y cada uno de ellos pondrá su granito de arena para alcanzar su objetivo. Que no es el poder y el dinero, sino la secesión.

Su gran arma es el odio a lo español. Y propagar ese odio es lo que van a hacer, siempre.

Así que sí, hay que quitarles la competencia en Educación, a ellos y a todas las autonomías. Ha de ser común, con un plan común y con profesores pertenecientes a un único cuerpo de profesores. Pero eso no basta.

Hay que quitarles la autonomía completa, y para siempre. No pueden tener un Molt Honorable President. No pueden tener un Parlamento que se arroge la representación de Cataluña. No puede haber nada ni nadie que pueda decir "Cataluña soy yo". Porque si lo hubiera, un día sería uno de ellos el que lo dijera.

Y, la verdad, no me importa si para tragar esa píldora hay que eliminar todas las autonomías, todos los parlamentos regionales y todos los presidentes regionales. De hecho, me parecería una idea excelente.

Lo confieso: al igual que Franco llegó a la conclusión de que el problema de España eran los políticos profesionales y por lo tanto prohibió los partidos políticos, yo pienso que el problema de la España surgida de la constitución de 1978 son los parlamentos y gobiernos regionales, y opino en consecuencia. Sin paños calientes, muerto el perro se acabó la rabia.

Esto, claro, no va a ser: el harakiri de los políticos franquistas de 1976 fue tan excepcional que es irrepetible. Es imposible que los políticos españoles renuncien a los parlamentos y gobiernos regionales, y a la pléyade de empresas públicas que conllevan. No va a ocurrir jamás.

Añadamos a esto que la presión en Cataluña por demostrar que se es tan catalán como el que más es difícilmente soportable; solo unos pocos podemos decir que llevamos más de veinte años aquí y aún no hablamos catalán, simplemente porque no nos da la gana. ¡Si hasta Montilla, cuando llegó a presidente, se dedicó a aprender catalán (parece ser que lo elegimos para que se dedicara a aprenderlo, no para que nos gobernara, y eso que su eslogan de campaña fue "hechos, no palabras") y daba todos sus discursos e intervenciones en catalán! El resultado es que han perdido una batalla, una campaña si quieren, pero la guerra va a continuar. Mientras quede uno en pie.

Insisto: podemos confiar en los riojanos y en los extremeños; puede que incluso en los murcianos. Pero les aseguro que en ese número enorme de catalanes, no. Y fíjense: a esta situación se ha llegado con pasos muy cortitos, dados desde 1980, siendo cada uno de ellos autorizado. Que nos han llevado hasta aquí sin apenas darnos cuenta, vaya, y que lo volverán a hacer si se les deja. Mi consejo es que no se les deje. Y si les permitimos que nombren a una persona para que represente a Cataluña, y lo tratamos como si fuera la máxima autoridad en Cataluña y todas esas cosas, tarde o temprano volveremos a las andadas.

Lo cierto es que aquí, en Cataluña, nadie duda que acabará ocurriendo. Nos diferenciamos en el cuando: unos piensan que cinco años, otros que diez, otros que veinte, otros que dos generaciones. Yo no sé: depende de la valía que tengamos en Madrid. En cualquier caso, no creo que la fractura social que han producido se cierre en dos generaciones.

Siento ser tan pesimista, pero ¡qué quieren! Les conozco. LLevo más de veinte años entre ellos, observándoles. Les he visto hacer mil y una iniquidades. Ser falsos y traicioneros. Desleales. He conocido su bajeza de espíritu. No confío en ellos.

Es como el bolero de Ravel. Se repite una y otra vez, cada vez un poco más elaborado, hasta que al final, sin darnos cuenta, la melodía nos ha atrapado.



Maurice Ravel - Bolero