jueves, 15 de junio de 2017

El PP, el problema de España




Gracias al gran Figatelix, mente preclara que supo intuir la perentoria necesidad social que había, tenemos una ley de memoria histórica. Que rige en todo nuestro país, pero como aquí somos así, señora mía, cada cortijo tiene que tener también lo suyo, lo mismo en pequeñito pero suyo. Supongo que en Andalucía había doble necesidad social perentoria, y la ley nacional no satisfacía la necesidad andaluza; el caso es que Andalucía también tiene su propia ley de memoria histórica.

Leo por algún sitio que esta ley contempla en uno de los apartados de su artículo 32 que las administraciones públicas andaluzas "en el marco de sus competencias, prevendrán y evitarán la realización de actos efectuados en público que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares, exaltación del golpe militar o del franquismo, u homenaje o concesión de distinciones a las personas físicas o jurídicas que apoyaron el golpe militar y la dictadura". En resumen: en Andalucía está prohibido hablar bien de Franco o del franquismo, o justificar el alzamiento del 36. Y también hablar mal de "las víctimas", aunque fueran delincuentes confesos o monstruos asesinos. ¡Ay del profesor de Historia que no odie a Franco!

De Andalucía hablaré otro día. No me dan ninguna pena, ninguna, y que consideren que estas cosas son las urgencias que tienen me reafirma en mis sentimientos. Pero lo traigo a colación, porque es un botón de muestra.

Si usted accede a las noticias de actualidad política de Cataluña, pensará que Franco vive, y que sigue siendo el Caudillo de España; sólo Cataluña resiste, ahora y siempre, a la opresión que el malvado general ejerce fuera de nuestras cuatro provincias. Y la vida es dura, company, porque no ceja en su intento de imponer su dictadura entre nosotros. Mire, la verdad: no se puede discutir con un separatista sin que éste te acuse de franquista (lo que en Andalucía es casi un delito). Y sin que el separatista argumente que "el PP más". Lo digo en serio, ambas cosas, acusación y argumento, aparecen siempre. En todas las discusiones.

Se ha presentado estos días una moción de censura contra el gobierno del PP. No la he seguido, pero parece ser que ha sido un constante "qué malos son ustedes, señores del PP". El PSOE no ha apoyado la moción, pero ya ha anunciado que va a hacer lo que sea para echar al PP.

Si usted comenta con cualquier persona cosas de la actualidad política, financiera o judicial, seguro que el otro echa pestes del PP. Cuando no, sin más, les culpa de todo.

Y si usted es partidario del PP, no importa: la culpa es del PP por ineptos. Por no cambiar las cosas. Por no derogar las imbecilidades que promulgaron otros. Por dejar que la estupidez campe a sus anchas y se convierta en la norma por esta piel de toro.

¿De verdad el gran problema de España es el PP? ¿Sería este país Jauja si no existiera el PP? ¿Lo sería si Franco y cía. no se hubieran alzado en armas en 1936? Y aunque no fuera Jauja, ¿sería un país mejor, tanto como para culparles de todo lo que nos pasa?

No creo que el gran problema de España sea el PP ni que en 1936 Franco cruzara el estrecho. Creo que tiene mucha más importancia la incapacidad que tenemos los españoles para la autocrítica. Para aceptar que algo sea culpa nuestra. Que hayamos hecho algo mal.

Quizá la causa de nuestro problema sea nuestra incapacidad para percibir la realidad.




Pascual Marquina - España cañí