jueves, 15 de enero de 2015

El asunto griego




Hace algún tiempo escribí una entrada sobre la situación de Grecia. La entrada, me parece a mí, es tan actual hoy como entonces y me ratifico en mi conclusión: Grecia no puede mantenerse en el club de los ricos europeos. Como si se hubiera afiliado a un club de campo en el que a duras penas consigue pagar la cuota, y quiere hacer la misma vida que los socios multimillonarios. Lo normal es renunciar al segundo día, pero los griegos no están haciendo eso, están porfiando en seguir el ritmo. Están pidiendo prestado a todos los socios para poderse pagar las consumiciones y las clases de golf, y los socios saben que debe ya más de lo que tiene y de lo que puede llegar a tener. Se acerca el día en que los socios, uno tras otro, dejarán de fiarle - cuando no de exigirle la devolución de la deuda-, no sé si tardarán mucho o poco, pero lo harán. ¿Y entonces? Grecia dirá algo así como "no os atreveréis a expulsarme del club, ¿verdad?", pero tarde o temprano sí se atreverán. Hoy, mañana o dentro de diez años, pero lo echarán. Puede que den las deudas por irrecuperables, pero en ese momento le dirán que está fuera.

En unos días habrá elecciones en Grecia. Parece que se da por segura la victoria de un partido que alardea de que no pagará las deudas ¡y que así dejará de tenerlas! Y además, anuncia, los demás no se atreverán a echar a Grecia del club. 

¿Ustedes qué creen que pasará? Supongo que ganará, porque el populacho es lerdo por naturaleza y se cree que lo que prometen es viable.

Y puede que sí, que dejen de pagar y les perdonen y les sigan admitiendo en el club. Pero ¿saben qué? eso no arreglará nada. Porque los griegos seguirán en el club, seguirán endeudándose y seguirán sin generar los recursos que consumen. En unos años volverá a pasar. De nuevo, volverán a plantear la misma estrategia, no pagaremos y no os atreveréis a afearnos nada; y puede que entonces vuelva a funcionar, pero volverán a las andadas y llegará un día en el que no lo hará. Y en que echen a uno, la puerta de salida quedará abierta.

Miren, los socios más ricos pueden invitar de vez en cuando a los socios no tan pudientes. Si la ayuda para estar en un nivel parejo es asumible, los ricos la darán. Pero si la ayuda necesaria para estar en el mismo club es intolerable, la cortarán. España, Italia o Eslovenia, por dar algún nombre, puede que no tengan el nivel de Alemania, pero no están tan lejos y en la medida de que sean capaces de producir lo suficiente para no perder de vista al pelotón de cabeza serán socios viables. ¡Pero Grecia....! Nunca tuvo ninguna oportunidad, nunca debió entrar. Supongo que los líderes que la aceptaron pensaron que otros la mantendrían, unos de ellos, o que entre todos la mantendrían y podrían, los otros. Y al final todo el mundo tiene que pasar por caja y retratarse.

Mire a su alrededor: ¿cuántos conoce que estiraron más el brazo que la manga, hace unos años, y ahora les aplastan las consecuencias de querer llevar un tren de vida que no podían mantener? Esas personas, en aquel momento, no se resignaron a vivir como sí podían, y creyeron que sí podrían. A los griegos les ocurre lo mismo. Les ocurrió lo mismo en un nivel personal, y se han dado cuenta pero están ya demasiado entrampados, pero les ocurre lo mismo como país, y eso no sé si se han dado cuenta. Creo que no, porque el partido que va a ganar quiere seguir en el club: no ve que el problema de Grecia no es el dinero que no tiene y debe, sino estar en el club. Y todos sabemos que las trampas son más trampas cuando el entrampado no se da cuenta de que está dentro de una trampa.

Y, caray, yo entiendo que los griegos no quieran afrontarlo, pero los demás debemos hacerlo. Cuanto antes mejor. Y no veo que lo hagamos.

Aunque tampoco me he de extrañar, si ni siquiera afrontamos nuestros propios grandes problemas, nos contentamos con seguir tirando. Consejos vendo y para mí no tengo.



Honey Ryder Worlds Away