miércoles, 19 de diciembre de 2012

Segunda enmienda: derecho a portar armas

Una vez más, ha vuelto a reavivarse el debate sobre si los norteamericanos hacen bien manteniendo su derecho a portar armas. Claro, una nueva e inexplicable matanza, el tipico chalado que guarda en su casa un catálogo de armas automáticas, y que un día las coge y se lía a tiros contra todo lo que se mueva. Cosas de América, decimos en Europa. Incluso cuando pasa en Europa nos excusamos diciendo que esta vez fue por emulación, que todo se pega menos la hermosura.

El caso es que, impepinablemente, y TRAS la matanza de turno, salta el debate: armas sí, armas no. Normalmente, los europeos, por descontado, armas no. En los periódicos incluimos también el artículo de algún americano urbanita que opina lo mismo, y - por aquello de ser equidistante - el testimonio de otro americano, normalmente éste un portavoz de la Asociación del Rifle o similar (el último que leí decía que no, que las armas no tenían la culpa ni crean psicópatas asesinos, que son los medios de comunicación al darle la fama los que los promueven).

En mi opinión, por si les interesa, el debate está equivocado. Por dos razones, la primera porque los europeos no sabemos realmente cómo piensa un nortea-mericano, y la segunda... porque creemos que el debate versa sobre las armas.

Verán, yo creo que la postura norteamericana a favor de las armas se puede resumir en dos motivos: en primer lugar, la Segunda Enmienda; y en segundo lugar, a sangre fría. Permítanme que empiece mi explicación por el segundo motivo.

1.- A sangre fría

A sangre fría, no sé si lo saben, es una novela de Truman Capote basada en hechos reales que narra el asalto, por parte de dos criminales huidos, de una vivienda semiaislada de Kansas. Allí vivían un matrimonio y sus dos hijos adolescentes (como mínimo, creo recordar que uno era una hija); los asesinos asaltan la casa, capturan a la familia y finalmente los matan. La novela, ya digo, es dura, o al menos a mí se me hizo muy dura, muy cruel. Uno de los asesinos es un débil mental que se mea en la cama y es manejado por su psicópata compañero,... en fin, imaginen ustedes el resto. El caso es que a sangre fría describe a una familia honrada que se ve asaltada por criminales y no puede defenderse. Y esto es el miedo ancestral del norteamericano medio. No del que vive en las ciudades, claro (y casi todos estos están en contra de las armas), pero sí del de los pueblos y zonas rurales, que o bien vive relativamente aislado o bien circula a menudo por campos y carreteras no transitadas. 

Digamos que es una imagen recurrente en el pensamiento americano. Por ejemplo, en la gran canción de Neil Young Podwerfinger (escuchen aquí la gran versión de los Cowboy Junkies, que yo prefiero a la de Young, y eso que el tío me encanta), y cuya letra dice así:
Look out, Mama, there's a white boat comin' up the river
With a big red beacon, and a flag, and a man on the rail
I think you'd better call John, 'cause it don't
look like they're here to deliver the mail
And it's less than a mile away
I hope they didn't come to stay
It's got numbers on the side and a gun
and it's makin' big waves
Daddy's gone, my brother's out
hunting in the mountains
Big John's been drinking since the river took Emmy-Lou
Seems the Powers That Be left me here to do the thinkin'
And I just turned twenty two
I was wonderin' what to do
And the closer they got,
The more those feelin's grew

Daddy's rifle in my hand felt reassurin'
He told me, "Red means run, son,
and numbers add up to nothin'"
When the first shot hit the docks I saw it comin'
Raised my rifle to my eye
Never stopped to wonder why
Then I saw black, and my face splashed in the sky
Shelter me from the powder and the finger
Cover me with the thought that pulled the trigger
Think of me as one you'd never figured
Would fade away so young
With so much left undone
Remember me to my love, I know I'll miss her

La canción habla de un muchacho, único hombre de la familia que queda en la casa, y de cómo ve que llegan gente que "no viene a repartir el correo" (expresión americana, como si dijéramos "no vienen a felicitarnos las Pascuas") y asume, pobre chaval, que va a tener que defenderse y... que le van a matar.

Los europeos, por supuesto, pensamos que cualquier situación que conlleve un arma, no importa de qué lado del arma estés, es peor que la situación sin armas. Si llevas las de perder, mejor sin armas: la vida es más importante. Y si el arma es tuya, ¿vale lo que defiendes el lío en el que te vas a meter? Pero, ya digo, los europeos es que no somos norteamericanos. Pensamos diferente.

Y además está el tema de la Segunda Enmienda.

2.- La segunda enmienda

La segunda enmienda de la constitución de los EE.UU. establece que todos tienen derecho a llevar armas. Por lo tanto, huelga cualquier discusión.

Pero no, la cosa es mucho más profunda que eso.

Ya expliqué en una entrada anterior qué es eso de las enmiendas a la constitución americana. La segunda, en concreto, dice "Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas no será infringido", texto que jueces del Tribunal Supremo explicaron que debía entenderse como lo entendería un hombre normal, sin interpretaciones torticeras de las que acostumbran a hacer políticos y abogados. Es decir, que la gente normal tiene derecho a las armas.

Los europeos, que no entendemos nada, sugerimos que lo que tienen que hacer es derogar esta enmienda. Y no. Que no se trata de eso. Que no es un tema de armas sí, armas no. Es un tema de que es un derecho - y en este momento no importa cuál- que tienen las personas, no los Estados. Igual que tienen derecho a no declarar en su contra o derecho a la libertad de expresión. Es decir, hay una seriue de derechos que son de las personas y los Estados no pueden arrebatárselos. En estos momentos, repito, no importa qué derechos son. Importa que son de ellos. Si un Gobierno puede arrebatarles uno de ellos (por ejemplo, el de la Segunda Enmienda), ¿qué impediría que les arrebatara después el de la Quinta o el de la Cuarta, por ejemplo? "Si usted quiere, usted habla de armas. Yo hablo de Derechos".

Y, no lo olvidemos, la Constitución (y sus enmiendas) es la esencia de los Estados Unidos. No estamos hablando de una ley sobre los sellos postales; estamos hablando de la libertad de las personas. 

Y es que ésa es otra manera de ver el asunto. Los europeos estamos acostumbrados a vivir en colectividades, debido a las ventajas que conlleva y que no es necesario enumerar; a cambio, hemos renunciado a otras: por ejemplo, el ruido del tráfico, la cercanía de los demás cuando es molesta o el no poder hacer el ruido que se quiera cuando se quiera. Digamos, en definitiva, que para nosotros los europeos, que desde la noche de los tiempos hemos renunciado a muchas cosas, la Vida es el valor sacrosanto. Después, la Libertad. Pero, por delante, la Vida.

Para el norteamericano tipo, en cambio, la Libertad es más importante que la Vida. Puedes matar al que te roba o te ataca, porque tu libertad es más importante que su vida. El derecho de las personas a vivir libres es más importante que el derecho de las personas a vivir.

Y si se ha de morir porque las personas tengan derecho a llevar armas, se morirá. Porque defendiendo este derecho se defienden todos los demás, y por lo tanto es un precio a pagar por la Libertad.



Yo, por supuesto, pienso que es un error que la gente tenga armas. Más aún, que tengan toda una colección de armas como suelen tener los psicópatas. Pero ¡qué quieren que les diga!, también les entiendo un poquito. Y la cosa no versa sobre las armas, sobre la violencia intrínseca del americano o sobre la educación en valores de las personas. Porque no se trata de armas. Se trata de los derechos que les han hecho ser lo que son.