Inicio con este artículo una serie de entradas sobre Estados Unidos, uno de mis temas favoritos. Y es que ese "grande y hermoso país" nunca deja de sorprenderme, y a menudo lo comparo con la Atenas de Milciades y Pericles o la Roma de Cicerón y Tácito, los grandes espaldarazos de nuestra civilización. Sí, un montón de las cosas que hacen cómo somos hoy y como vivimos surgieron primero en los EE.UU., y yo, pedante como soy, no puedo dejar pasar la oportunidad de contar algunas.
¿Alguna vez han oído decir "me acojo a la quinta enmienda"? Seguro que sí: en las películas de juicios, el acusado dice esta frase cuando se niega a declarar en su contra. Así que hay enmiendas. Enmiendas a la Constitución americana, por supuesto. ¿Significa eso que la constitución de los EE.UU. ha tenido muchos cambios a lo largo de los años? ¿Que no siempre fue así? Pues no, no es eso. Verán.
Los primeros años de los EE.UU. fueron... complicados. Las colonias originalmente no querían la independencia sino sólo representación en el parlamento de Londres, pero la cosa se fue enconando y gracias a unos exaltados se salió de madre: finalmente, estalló la guerra y la independencia acabó siendo la única solución. Muy bien, se independizaron. ¿Y ahora qué? No tenían rey ni equivalente, algo que no había ocurrido jamás en ningún sitio, así que no sabían qué hacer. Probaron algunas opciones, pero no cuajaron; hasta que finalmente, cada colonia (ya estado) nombró unos representantes en una Convención de la que debía salir una propuesta de organización. Era 1787. Y participaron algunos de los mejores hombres: Hamilton, Madison, Bejanmin Franklin, Jefferson... también Washington, que tenía en la época un prestigio tal que lo equiparaba a un semidiós, aunque él, consciente de ello, estaba a otro nivel y no participaba en disputas terrenales. Fue elegido presidente por aclamación y eso bastaba para avalar cualquier cosa que allí se aprobara.
Y al final hubo Constitución. Quiero decir, la Convención aprobó un texto como constitución. Otro día contaré historias de esta Convención, hoy me quiero concentrar en lo que pasó después.
Y fue algo bastante sencillo: los estados debían ratificar también esa constitución, no bastaba que lo hubieran hecho los delegados. El modelo redactado daba a los estados pequeños casi el mismo poder que a Virginia, que era el estado grande (y virginianos eran Washington, Jefferson, Madison, Monroe, etc.). Así que el 7 de diciembre de 1787 Delaware, un pequeñísimo estado de 60.000 habitantes (seguro que se conocían todos) fue el primer estado en firmarla: le iba de perillas.
Un problema surgió en Massachusetts. Sí, el estado de Boston. Allí era donde había empezado la revuelta contra Inglaterra y era donde la población era más anti-reyes. Aceptaron la constitución pero pidieron que hubiera una serie de derechos que el gobierno que hubiera no pudiera violar. Bien. La cosa seguía.
El gran estado que faltaba por firmar era Virginia. Allí había gente que no veía claro el desigual reparto que suponía el texto, y pidieron que la recomendación que había pedido Massachusetts se convirtiera en realidad con el mismo rango.
De las trece primeras colonias (por cierto que eran catorce: Vermont se había independizado por su cuenta, incluso del bloque que formaban las otras trece), en once se aprobó la constitución. Así que quedó adoptada como tal y empezó su hégida.
Por otro lado, Washington, Madison y cía eran lo suficientemente listos, buenas personas y grandes políticos como para entender que había que cumplir las promesas que se habían hecho, básicamente las salvaguardas de las libertades civilies que habían pedido varios estados. Las diez primeras enmiendas.
- Primera Enmienda: libertad de religión, de expresión y de prensa, derecho de reunión y de presentar quejas.
- Segunda Enmienda: derecho del pueblo a portar armas.
- Tercera Enmienda: no al alojamiento de soldados en casas sin el consentimiento de los propietarios, una de las quejas prerrevolucionarias contra Gran Bretaña.
- Cuarta Enmienda: prohibidas las búsquedas e incautaciones no razonables (otra de las quejas).
- Quinta Enmienda: no se puede llevar a juicio a las personas dos veces por el mismo delito, u obligar a una persona a testificar en contra de sí misma o el encarcelamiento o las confiscaciones sin un adecuado proceso legal.
- Sexta Enmienda: derecho a un juicio rápido.
- Séptima Enmienda: juicio por jurados.
- Octava Enmienda: No a las fianzas excesivas o los castigos crueles y desusados.
- Por último, la Novena Enmienda explicaba cuidadosamente que el hecho de que se mencionasen ciertos derechos específicamente no significaba que los derechos no menciona dos fuesen negados específicamente, y la Décima Enmienda protegía especialmente a los Estados, no a los individuos, pues declaraba que todo derecho no concedido específicamente al gobierno federal por la Constitución quedaba reservado para los Estados.
Vamos, calcadito calcadito a como se hacían las cosas en España en ese siglo XVIII. Y es que los tíos que parieron los Estados Unidos eran unos gigantes.
Total, que los estados votaron esta Declaración y, ya aprobadas, Carolina del Norte, y por último Rhode Island, los dos estados que aún no habían ratificado la Constitución, la votaron también. 29 de mayo de 1790. Desde entonces, cualquier nuevo estado tenía que aceptar este texto, y por supuesto, ya se podía decir "me acojo a la Quinta Enmienda".