Dieron en el informativo de televisión la noticia de la llegada del rover Perseverance a Marte. Me quedé boquiabierto, y no pude menos que comentarlo: ¡qué birria de información! No el hecho, sino la cobertura informativa. Pondrían más énfasis y darían más contexto si el equipo nacional de guimnasia rítmica hubiera quedado 7º en los mundiales de la categoría B. A ver, lance usted un coche y consiga dar en el sitio exacto que quería, pero ese sitio estará a cientos de millones de kilómetros y el "aterrizaje" ha de ser completamente suave, con lo que no se ha de equivocar usted ni en medio metro. El conocimiento científico y el dominio técnico que esta proeza requiere es inimaginable. Y lo han conseguido, pero los periodistas son tan tontos que no saben reconocer un hecho de importancia. Aquel día, las noticias serían la entrada en prisión de un tipo infecto que representa la degradación a la que hemos llegado la sociedad catalana y del que nos habremos olvidado en dos meses o menos, y no sé qué mas. Lo del covid, claro, pero la cobertura informativa de ese asunto son quince minutos fijos, totalmente intercambiables con cualquier día. Cuando acabe el año, si resaltáramos los hechos acaecidos lo del rover de Marte estaría en los primeros lugares; desde luego, dentro de 40 años sí lo estará como hecho histórico del 2021.
Diana Trujillo es una colombiana, de Cali, que con 17 años y al día siguiente de terminar su bachillerato se fue a los Estados Unidos. Tenía un sueño. Y 300 dólares, ya ven para qué dan, pero sobre todo las ganas de salir adelante por sí misma que tienen las sociedades no anquilosadas. Y se puso a trabajar en una panadería. Y a limpiar casas. Así se sostuvo para aprender inglés y pagar los estudios en la Universidad de Florida (privada, no pública). Y se licenció en ingeniería aeroespacial. Y no se detuvo ahí.
Una vez en la NASA, Trujillo pasó por varios departamentos, llegando a ser la jefe del departamento de ingeniería de los rover de Marte, y una de las personas clave del éxito de la misión del Perseverance. De verdad, miren el siguiente vídeo (es solo minuto y medio):
Diana Trujillo es una mujer. Ingeniera aeroespacial. Y con un cargo de mucha responsabilidad en un proyecto de muchos, pero que muchos, millones de euros.
Nada de esto, por supuesto, se dice en las noticias; como mucho, en las páginas de ciencia de los pocos periódicos que aún las tienen; pero ¿quién las lee?
En vez de dedicarse a quemar contenedores y a provocar algaradas callejeras, los jóvenes deberían fijarse en Trujillo. No ponerse excusas sobre lo difícil que lo tienen ellos para salir adelante.
Y en cuanto a la Administración... si de verdad quisiera que hubiera más mujeres ingenieras debería publicitar lo que ha hecho Trujillo. Es la prueba viviente de que sí se puede. Y pocas podrán decir que lo tienen más difícil de lo que ella lo tuvo.