domingo, 7 de febrero de 2021

Manipulando la educación

https://www.youtube.com/watch?v=5Mvmw1H2NHM 

 

 

Siempre cree el ladrón que todos son de su condición. Traigo a colación el refrán porque recuerdo que, cuando el confinamiento, el gobierno consiguió unos millones de mascarillas y en el reparto resultaron, redondeando, 1.714.000 mascarillas para las provincias catalanas. Pues bien, el consejero de interior del gobierno catalán montó en cólera diciendo que ese número había sido elegido a posta para burlarse de los catalanes, y su argumento fundamental era que "en política, nada es por casualidad". Cuando lo supe me quedé patidifuso, porque recordé el refrán y pensé que si el consejero piensa así es porque él actúa así.

En otras palabras, cuando los medios oficiales aquí dicen "estado español" en vez de España, demarcaciones o territorios en vez de provincias y tantos ejemplos que podrían citarse no es por casualidad: hay una voluntad clara, por razones no reveladas, de no decir España. Porque, como dice el gobierno catalán, "en política nada es por casualidad".

Valga este prefacio para centrar lo que ha denunciado un sindicato de profesores de secundaria: la tremenda manipulación que se está haciendo con los libros de texto. En Cataluña, no hace falta decirlo. He leído alguno de sus informes, y son... impactantes. Por cierto, los libros de enseñanza en cada comunidad autónoma ha de estar aprobado por la correspondiente consejería de educación y además ajustarse al contenido curricular y seguir las directrices marcadas por ésta.

El método seguido es sencillo: eligen un libro de texto, lo identifican (queda claro qué libro es), y lo analizan. Y, claro, cuando un libro enseña la historia de España pero no menciona la palabra España sino que siempre se refiere a "Estado español", "monarquía hispánica" o "península ibérica"... 

Pero no son sólo las palabras con que se denominan las cosas. Denuncian que se enseñan cosas que son falsas: por ejemplo, cuando dicen que el estatuto de autonomía es la máxima norma en Cataluña. Claro que si el libro nunca dice que cataluña es parte de España, mal va a mencionar que existe una constitución y que ésta está por encima del estatuto. 

Y el informe que leí es de libros de 5º y 6º de primaria, dirigidos a niños de 10 y de 11 años (accedí al informe en pdf aquí). Es interesante leerlo, porque lo cierto es que ninguno de nosotros lee los libros de texto. Unos porque no tenemos hijos con esos libros, y los que sí los tienen... ¡por favor! Y además es interesante porque estos profesores lo leen con espíritu crítico: detectan que siempre se presentan las cosas españolas como malas y como buenas... iba a decir las catalanas, pero no: sólo las de una parte de los catalanes. Lo que le gusta a los de ERC, por decirlo ya.

Y no sólo es que notemos que se enseña, por omisión, que España no tiene nada que ver con Cataluña, es que además el informe nos recuerda que no se puede querer lo que se desconoce (esto es, el chico catalán no podrá así sentirse parte de España). Enseñándole al niño que es catalán y a lo sumo europeo, se le está enseñando que no es español; esto no hace falta decirlo explícitamente, pero también nosotros aprendimos que no somos franceses o portugueses.

Me llama la atención, también, lo pobre que es la enseñanza de la Historia en Catalaña. Está tan centrada en Cataluña y en su "enfrentamiento" con España que se dedica un porcentaje excesivo del tiempo a hechos que en realidad son bastante insignificante. En especial, la guerra de 1640 y la guerra de Sucesión. Dicho esto con independencia de lo manipulado que se enseñen esas guerras. Me hace gracia, en especial, la visión que un libro presenta de los bandoleros, algo que no debería merecer más que tres palabras (la traducción que sigue es mía):

"Las partidas de bandoleros, formadas sobre todo por campesinos desesperados o incluso por nobles arruinados, asaltaban y robaban a los ricos en los caminos. Los bandoleros actuaban al margen de la ley pero, en cambio, muchas veces eran considerados unos héroes y unos representantes de la justicia por parte de la sociedad rural, que a menudo les daba apoyo".

Recapitulemos: saltarse las leyes está bien porque en realidad los que se las saltan son los verdaderos representantes de la justicia, etc. Enseñado a los niños de 10 años por los que se saltaron las leyes, proclaman constantemente que son héroes del pueblo y que por lo tanto están por encima de las leyes, etc. etc. 

Podría seguir y seguir, pero si funciona el acceso al informe no es necesario. Baste tan solo un último par de ejemplos sobre lo que está sucediendo en estos pagos.

El primero de ellos es el contenido de un libro de 6º de la editorial Edelvives ofrecido para Madrid, comparado con un libro de la editorial Baula, que es la marca de Edelvives en Cataluña; ambos libros con portadas idénticas:

Uno debería empezar a pensar que quizá no debería haber 17 ministerios de Educación, sino que quizá conviniese que con 1 bastase y luego cada maestro añadiera las pecuiliaridades de su zona según su criterio. Claro que si también se está de acuerdo en que no ha de haber 17 ministerios de Sanidad, 17 de Justicia, 17 policías, 17 de gestión de cárceles, 17 de transporte, etc. etc... 

El segundo ejemplo lo es de cómo se manipula. Es en un libro de 6º. Dedica un espacio a comentar la constitución española, y al referirse a los derechos individuales incluye esta imagen:


(notése, por cierto, el contraste entre el ídolo y la modernidad de los edificios al fondo).

El libro, no cabe duda, se burla del tener una religión. Insisto, el libro no es El Jueves, es un libro con el que se enseña a niños de 11 años. Insisto también: como dijo el político catalán, "en política nada es por casualidad". Por muy agnóstico que sea el lector, se ha de reconocer que esto es manipular a los niños. Podría haber mostrado tal vez fotos de los presidentes del gobierno catalán comulgando en Montserrat; pero como he dicho al principio, hay determinada ideología detrás.

Y todo esto no son incidentes aislados, hechos esporádicos. No, es un chorreo constante.

Yo creo que algo hay que hacer.

 

 

Silvio Rodríguez - Sueño con serpientes