miércoles, 28 de marzo de 2018

Armas en América (coda): algo no funciona en el cerebro de esta gente

No tenía previsto ningún artículo de coda, pero...

El jueves de la semana pasada, el sheriff del condado de Harris, en Tejas, le dio a su ayudante Cameron Brewer una cámara personal; era uno de los últimos ayudantes en recibirla. Dos horas después su cámara estaba apagada ("la había puesto a cargar"), pero la de su coche patrulla seguía funcionando.

Danny Ray Thomas era un negro de 34 años que estaba mal de la cabeza. Un loco que va por la calle, como tenemos en todos sitios. Aquella mañana el bueno de Danny Ray iba andando por la calle con los pantalones por los tobillos. 

Harris County Sheriff's Office

Por lo que parece, cuando Brewer pasó por allí se fijó en que Danny Ray discutía con alguien. Es natural, le estaría llamando la atención por ir como un mamarracho, él le diría que se metiera en sus asuntos, esas cosas. Pero el policía no lo dejó estar. 'Al suelo, tío', le gritó. Danny Ray, que no estaba bien de la cabeza, siguió caminando. Y salió del plano de la cámara del coche patrulla.  Unos segundos después, sonó un disparo, Danny Ray recibió un balazo en el pecho y murió.

Hasta yo veo que Danny Ray estaba desarmado. Y que no iba a agredir a nadie, con los pantalones así. No era ningún peligro para nadie. ¿Saben qué le pasaba, en realidad? Sufría depresiones. ¿Porqué? Porque en agosto de 2016, hace año y medio, su mujer ahogó a su hija de 5 años y a su hijo de 7 en la bañera de su casa.

En Tejas, por menos te envían a la silla eléctrica. Pero Brewer es policía, así que me parece que le dieron el resto del día libre. Como suena: el lunes, el sheriff Ed Gonzalez dijo que sí, que iban a investigar a fondo lo que había ocurrido. Y que mientras tanto, Brewer quedaba destinado a tareas administrativas.

El condado de Harris, por cierto, es la ciudad de Houston, la cuarta ciudad más poblada de los EE.UU. No hablamos de la policía de un pueblo perdido de Idaho. Y el sheriff declaró que sí, que Brewer disponía de un táser y que había recibido entrenamiento en el uso de la pistola eléctrica y en el tratamiento de situaciones con enfermos mentales. Era un policía entrenado, en un día luminoso, en una situación relajada atendiendo a un hombre que no era un peligro para nadie.

Estados Unidos es un gran y hermoso país, pero algo no funciona en el cerebro de esta gente. Tienen un problema, y no son sólo las armas.