sábado, 1 de abril de 2017

NBA 2016/17 - I: Este contra Oeste




La competición de la NBA consiste en una temporada regular de 82 partidos y cuatro rondas eliminatorias al mejor de siete partidos. En general es una competición anodina (aunque divertida de ver); como todo, poco a poco evoluciona, pero este año ha estallado una polémica interesante que conviene analizar.

En este artículo y los siguientes expondré mi punto de vista sobre lo que ha tenido este curso de especial.

Lo primero que hay que decir es que, un año más, el Oeste es mucho mejor que el Este. Nadie sabe por qué y por lo tanto nadie sabe cómo conseguir que el Este esté al nivel del Oeste. Hace tiempo yo especulé con las razones por las que ocurría (aquí), y sigo pensando que algo de eso hay. Pero ahora se me ocurre una causa adicional: el apoyo local. Es muy diferente cómo apoyan en el este a sus equipos y cómo los apoyan en el oeste.Para ilustrarlo emplearé a Pau Gasol.

Gasol, mientras jugó en el oeste, fue un jugador muy bueno. No tan bueno como para ser un fijo del All Stars, aunque estaba siempre en las listas, pero sí se le consideraba muy bueno. Cuando Phil Jackson dejó los Lakers, la franquicia contrató a un entrenador que era muy malo pero que hasta entonces entrenaba al equipo de Lebron James en el este y por lo tanto parecía muy bueno. Mike Brown resultó un paquete, el equipo fue mal y el entorno le echó la culpa a Gasol. Con el siguiente a Brown, D'Antoni, la cosa no mejoró. Se acusó a Gasol de no colaborar con el míster, de no practicar su estilo de correr arriba y abajo, y el equipo se hundió del todo y Gasol decidió que se largaba, no por lo malos que eran sino por lo mal que le trataban. Cuando se dieron cuenta de que se iban, la gerencia intentó reaccionar, pero el mal ya estaba hecho. Se fue a Chicago.

Y, sin embargo, durante todo ese periodo los aficionados y los periodistas apoyaban a Gasol. Hablamos de Los Angeles Lakers, un equipo exigente donde los haya y que cada año se exige que su equipo juegue (y llegue lejos en) los playoffs.

Pau Gasol se fue a Chicago. Allí la gente alucinaba, al principio, porque nunca ningún jugador bueno había querido ir a Chicago.Sí, sí, era así: nunca una estrella había fichado por Chicago (Rodman, entonces, ni era una estrella ni estaba en sus cabales). Además, resultó que era un tipo amable y accesible (los periodistas le adoraban), y que trabajaba por la comunidad (como dicen allí): si había un acto solidario, niños en hospitales, desfavorecidos, un desahuciado que cumplía el sueño de su vida de ver a los bulls, lo que fuera, allí estaba él. A veces intervenía también algún otro jugador, pero se notaba que era obligado por el equipo porque nunca repetían. Sólo Gasol parecía hacerlo por deseo propio. Por lo demás, el este es el este y allí Gasol fue All Star los dos años que estuvo.

Los dos años de Gasol en Chicago fueron un infierno. Los aficionados, en todos los foros, criticaban con acritud a todos los jugadores, y a Gasol más que a ninguno. Por uno que defendiera a Pau había veinte que le insultaban y el defensor tenía que callarse. Yo leía los foros, y me preguntaba: "Pero esta gente ¿no se dan cuenta de lo afortunados que son al tener una estrella que quiera jugar en su equipo? ¿Cómo lo tratan tan mal?". En realidad trataban mal a todo el equipo, sólo que a Pau peor porque quizás habían puesto más esperanzas en él o porque como era el más bueno creían que era el más culpable.

En fin, los dos años fueron iguales: Chicago empezaba muy fuerte, el clima se agriaba, el equipo se descomponía y adiós. El primer año, con Thibodeau  como entrenador, jugaron los playoffs y les fue bien hasta que Gasol se lesionó. Uno pensaría que esa lesión haría darse cuenta a los aficionados de lo importante que era Gasol en el equipo a pesar de lo malo que según ellos era, pero quiá. El segundo año, con Gasol convencido de que se iría de Chicago, acabaron tan mal que ni jugaron la segunda fase.

Gasol se fue a San Antonio. Pero tenía 36 años y Duncan anunciaba su retiro, así que no era como dos años antes, cuando tanto Gasol como Lebron James eran dos de las estrellas que podían cambiar de equipo y durante las conversaciones de Gasol con los Spurs recuerdo que un tipo escribió que si Gasol se iba a los Spurs daría igual dónde iba Lebron, indicando que si a los entonces campeones se les añadía el talento de Gasol, serían imbatibles.

San Antonio Spurs es un equipo especial. Nadie en la NBA sabe qué les hace ser así, pero el hecho es que son la historia de más exito de cualquier deporte profesional americano. Pues en ese equipo se acoplaba un Gasol de 36 años.

De entrada, los Spurs lo pusieron de titular. Como mínimo, como respeto a su leyenda. Luego, descubrieron en seguida que el tipo ya no está para defender, y que en ataque es una ayuda si juega poco rato, que se cansa. ¿Qué pasó? Que el equipo le hace jugar siempre con jugadores que le ayuden en la defensa, y que lo racionan para que no se desfonde. ¿Y los aficionados? Encantados. Al principio, alguno criticó su endeble defensa, pero los demás le cortaron rápido: allí no se faltaba al respeto a ningún jugador, y a los jugadores hay que apoyarles. Se puede decir que tal jugador no jugó bien en tal partido, pero no que tal jugador es un paquete y que mejor echarle. El equipo es una balsa de aceite, no se conocen peleas de vestuario y ningún jugador se ha quejado de que quiere mñas minutos o más balones. De hecho, Gasol se lesionó y tras la lesión juega de reserva. El pívot ahora titular lo hace peor que Pau, pero nadie se queja; de hecho, se alegran cuando Gasol le sustituye. Y nadie se queja de que haya tanto dinero sentado en el banquillo. Al contrario: el titular sólo defiende, y definede a los pívots titulares contrarios. No pasa nada, porque de anotar se encargan los otros titulares de San Antonio. Y Gasol ha de defender a los reservas, y su ataque es tan bueno que consigue que los reservas de San Antonio ataquen tan bien o mejor que los titulares. ¡Hoy mismo he leído en un foro de Chicago que lo que hacen los Spurs con Gasol es lo que tenían que haber hecho ellos!

Este mes de enero, en Chicago, una pelea en el vestuario ha sido portada en todos los periódicos nacionales. Y eso que Gasol ya no estaba allí para echarle la culpa. En fin, cualquiera que examine la carrera de Pau convendrá en que fue un error ir a Chicago y que allí desperdició dos años preciosos.

Esta manera de apoyar al equipo local no es sólo en San Antonio y Los Ángeles. También la encontramos en Minesota, en Denver, en Utah, en Oklahoma City, en Phoenix,... En todo el oeste. Quizá no en Sacramento, no lo he mirado, pero no me extrañaría que así fuera, eso explicaría la jaula de grillos que es ese equipo. Pero en general la gente está encantada aunque su equipo pierda.

En cambio, en el este la gente es una montaña rusa. Si ganan, van a por el anillo. Si pierden, éste, ése y aquel son unos mantas y hay que traspasarlos a todos. Y si esta temporada no se va a ganar el campeonato, mejor perder a posta todos los partidos: quizá así en el sorteo del draft se pueda elegir al próximo Michael Jordan. Quizá sea por ello que en los equipos del este las peleas internas están a la orden del día. Parece que no suele haber buen ambiente en los equipos del este. Con un par de excepciones, Miami y, sobre todo, Boston. Es cierto que en Boston ha habido broncas de vestuario y (qué coincidencia) el equipo ha pasado malos años, pero la capacidad de volver a los puestos de cabeza de esa franquicia tiene que tener una explicación cultural, es algo que no se produce en ningún otro equipo del este. Tiene que ser la gente de allí. Tiene que ser que esa gente enfoca el deporte de una manera digamos más sana que el resto de la gente del este. Porque tampoco puede ser coincidencia que lo más parecido a los San Antonio Spurs sean los New England Patriots de la NFL, también de Boston.



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