viernes, 3 de febrero de 2017

The Joshua Tree





A principios de los años 70, el panorama musical estaba dominado por los grupos dinosaurio y las grandes estrellas: es difícil ser un líder cuando compites con The Rolling Stones, Pink Floyd o David Bowie en todo su esplendor. Deep Purple, Led Zeppelin, Yes, Genesis,… Si no eras un genio como Mike Oldfield, ni lo intentabas. Y, además, los negros se dedicaban sólo a música para negros.

En la segunda mitad de la década, el panorama dio un vuelco radical. El estallido lo produjo la aparición de los Sex Pistols. Sí, era una banda mala de solemnidad y su sonido era intragable (por algo se le llamó Punk), pero se subían a un escenario y tocaban. Que vale que no sabían tocar y por eso sonaban como sonaban, pero se habían subido. El mensaje era claro: si los Sex Pistols se subían, yo, que conozco tres notas, también puedo hacerlo. Y miles de chicos se subieron a los tablados, y fueron legión los grupos que asaltaron las radios y las discográficas. Y muchos eran muy buenos.

Esto duró, más o menos, una década: hacia 1985, las fuentes se secaron y se cuentan con los dedos los grupos que han surgido después y aportado algo relevante. Y eso que han pasado ya más de 30 años. Es posible que yo sea una antigualla que se ha quedado anclada en 1985 (el año que ganaron el estrellato Madonna y Withney Houston, por cierto), pero también es posible que yo tenga algo de razón.

El caso es que si hubiera que quemar todos los discos que se publicaron en los 80 y sólo se pudieran salvar 5, yo tengo claro que se salvarían Thriller, de Michael Jackson, Alchemy, de Dire Straits, Born in the USA, de Springsteen, también el Live de Springsteen (la caja de 5 discos con su recopilatorio en directos) y, por descontado, The Joshua Tree de U2.

U2 publicó The Joshua Tree en 1987. Era una banda creada (caramba, caramba) en 1976 que se había ganado un nombre con Boy, October y War. Sí, eran una banda sólida que hacía un rock ruidoso, bastante alejado del sonido elegante que dominaba la escena inglesa, y sus canciones tenían un poso político y contestatario irlandés que reducía mucho su mercado. The Joshua Tree, en sus ocho últimas canciones, también era un álbum típico de U2, nada del otro mundo, pero sus tres primeras canciones… ¡Ah, sus tres primeras canciones eran del salón de la fama del salón de la fama de las canciones:

1ª: Where the streets have no name

2ª: I still haven't found what I'm looking for

3ª: With or without you

El disco se publicitó con la tercera, y por eso yo la tengo como la canción más importante; sin embargo, para mi lista de las 10 canciones que no son de los Beatles y seguirán sonando dentro de 200 años he seleccionado la segunda. No sé, será que treinta años después me parece la mejor. Como mínimo, es la que más cantaré en la ducha o conduciendo.

En cualquier caso, una manera de calibrar la importancia de The Joshua Tree es que después de 1987 el panorama musical quedó radicalmente transformado. Los grupos dinosaurios habían desaparecido o convertidos en viejas glorias, y nadie veía ya a los Rolling como los reyes del rock sino como unos viejos que caray qué marcha tienen aún, Dylan ya era sólo un cantautor de los sesenta y los más grandes son Jackson, Springsteen y U2, y punto (luego se sumaría Madonna, pero ésa es otra historia).

Y lo más curioso es que así siguen, todavía, las cosas. U2 sigue siendo, de largo, el grupo top. Y aunque en 1990 una banda de Seattle intentó revolucionar las cosas como quince años antes hicieron los Sex Pistols y sí que tuvieron su impacto, yo diría que no, que Nirvana no lo consiguió.

The Joshua Tree es, en verdad, el disco definitivo.



U2 - I Still Haven't Found What I'm Looking For - Jenny & Tyler (feat. Sara Groves & Virtual Choir)