miércoles, 21 de mayo de 2014

No sé cambiar polares



Hay en la blogosfera muchos blogs que me gusta seguir. Por ejemplo, http://fronterasblog.wordpress.com/; el otro día, la entrada iba sobre banalidades geográficas, de ésas que van bien para hablar con Sheldon Cooper. De las curiosidades que presentaban un par me hicieron gracia especial: resulta que (el blog, además, cita la fuente) el país de América del Norte más cercano a África es Canadá, y que el estado de los EE.UU. más cercano a Somalia es... ¡Alaska!

(imagen obtenida de la misma fuente)

Por cierto, que la fuente nos dice que la distancia entre Wainwright, Alaska, y Bosaso, Somalia, es de 10650 km.

A lo que iba.

Si yo les digo las coordenadas de Wainwright y de Bosaso, ¿Sabrá usted calcular la distancia que separa ambos puntos? ¡Ah, no se lo he dicho! Sólo peude usar lápiz, papel y una calculadora no programable. No puede usar internet. No puede usar un programa de dibujo por ordenador, dibujar la tierra, marcar los dos puntos y pedirle al programa que nos dé la distancia entre ambos. No, ha de calcularlo usted. Calcularlo.

Bien. No espero que sepa hacerlo si es usted, pongo por caso, fontanero, tanatoesteticista, político o juez del Tribunal Supremo. La pregunta es... ¿sabrá calcularlo un topógrafo, un matemático, un físico o un ingeniero? Y concretando: ¿Sabe calcularlo un ingeniero?

Si esta pregunta se la hubiera formulado en 1974, no me cabe duda de que sí. Pero en 2014, lo dudo mucho.

Con suerte (no, seguro) el ingeniero sabe que el metro se definió como la diezmillonésima parte del cuadrante del meridiano terrestre, y por ahí calcula el radio de la Tierra. ¿Pero luego? Hay que hacer un cambio de coordenadas. Hay que pasar a unas nuevas coordenadas, de manera que el eje de los ángulos pase por Wainwright y que el primer plano también pase por Bosaso, calcular el ángulo de Bosaso en radianes y multiplicarlo por el radio. Fácil decirlo, pero ya no sabemos cómo hacer un cambio de coordenadas polares.

Y sin embargo, lo estudiamos (argumento que, aprovecho, contraviene a lo que dice Balibrea). Pero no recordamos cómo se hace, porque hace muchos, muchísimos años, que lo hicimos por última vez. Eso los antiguos, pues los ingenieros actuales ya han tenido ordenadores desde siempre.

En cambio, con un ordenador es facilísimo. Y con acceso a internet, más aún. Por ejemplo, accediendo a este blog se sabe la respuesta: 10650 km, más o menos.

Dirán: bueno, ¡y qué! Saber calcularlo es un conocimiento que ya no es necesario tener. Yo no. Yo pienso que es terrible. Es un botón de muestra de la pérdida de habilidades que sufrimos, en beneficio de nuestra dependencia del ordenador. Al igual que sin él no sabríamos decir la distancia entre Wainwright y Bosaso, sin él cada vez somos menos ingenieros. ¿Qué sabría proyectar sin ordenador?

Y si necesitamos un ordenador para ser ingenieros, ¿no será que cada vez más somos sólo operadores de ordenador? Metemos los datos, y el ordenador da la respuesta. Y ya, por cierto, se la pedimos impresa que sólo haya que encuadernarla. O en pdf.

Probablemente usted no sea ingeniero y esta reflexión le dé igual. Pues no, como parte de la sociedad debería estar preocupado también. ¿Querría que su médico no supiera realmente de medicina, y dependiera totalmente de máquinas para saber qué le pasa y cómo curarle?




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