jueves, 31 de mayo de 2012

La nevadona de 2010


En los últimos coletazos del invierno de 2010 cayó una fuerte nevada en la provincia de Gerona. Algunos postes de alta tensión cayeron y varias comarcas quedaron, además de aisladas por la nieve, sin suministro eléctrico. La ciudanía catalana en general y los líderes políticos en particular, ya calentitos por el desastre del verano anterior en Barcelona, bramaron contra REE: la red española era tercermundista, y la de Gerona en particular había sido dejada especialmente de la mano de Dios, con unas últimas inversiones en maravedises, y todo obedecía a un malvado plan urdido desde Madrid para fastidiar al honrado catalán. ¡Justicia, justicia! ¡Ejecución en plaza pública!

Los ingenieros de REE dijeron que el desastre fue por la nevada y que ésta había sido excepcional, más allá de lo previsible. Y que el peso de la nieve que se había depositado sobre los cables fue superior a lo que podían aguantar las torres.

¿Quién tenía razón?

Bien, lo cierto es que el 8 de marzo cayó una auténtica nevadona en toda la provincia y parte de Barcelona, brutal en el resto de Cataluña. En Gerona, 35 carreteras quedaron cortadas y en 105 había que poner cadenas. Se cerró la frontera, miles de vehículos quedaron atrapados, 220.000 abonados (que se dice pronto) quedaron sin luz…

El desastre eléctrico se debió a que algunos postes de la línea de 220 KVA cayeron. Las torres eléctricas están calculadas para soportar el peso de los cables, la fuerza del viento, el peso de la nieve y hielo que se acumule sobre los cables (¡excepto en altitudes inferiores a 500 m s.n.m.!), las acciones de origen térmico  y, sobre todo, el desequilibrio de tracciones provocado porque en un lado haya más metros de cable que en el otro. Y también a que por un lado se rompa el cable, claro.

Hete aquí  entonces dos aspectos adicionales: no contaron el peso de la nieve que se acumulaba, y es cierto es que fue muchísima. Y por otro lado, los cables de aluminio tienen una contracción doble que la del acero. Mucho más si cada cable se enfría más de lo que se había previsto, por lo que también la contracción por cada lado generaba una tracción a sumar a la debida al peso del cable y la nieve. Cabe imaginar, pues, que en los miles de postes de alta tensión que habrá en la provincia, en alguno la descompensación de metros de cable en los dos lados de la torre sería importante, el terreno justo en ese punto sería peor de lo esperado,… es técnicamente esperable que alguna torre cayera. Y su colapso mecánico acarreó el colapso funcional de la red entera.

Podrían haberse hecho las torres más fuertes, mejor cimentadas,… pero hablamos de miles y miles de postes en toda España; la caída ocasional de alguno no justifica un sobrecoste en los muchos miles de postes que se colocan, es un riesgo que se asume. ¡Tampoco nosotros conducimos tractores, aunque sean más seguros que los turismos, y lo que nos jugamos es nuestra propia vida!

Queda entonces la pregunta de ¿fue tan excepcional la nevada, como dicen? ¡Ah, aquí permítanme que aporte mi cuarto a espadas!

Cuando pasó todo, el propietario de una nave en el Empordá me llamó porque la cubierta de su nave había fallado parcialmente. La nave se había construido en 1973, y había permanecido toda su vida sin ocupación. ¡Y precisamente acababa de apalabrar la venta de la nave, por fin! El destino no podía ser más cruel.

La nave era de pilares de hormigón y estructura de cubierta metálica. Como estaba ya prácticamente vendida, el propietario acababa de hacerle el lavado y pintado lógico en estos casos.

Y esto es lo que vi (pinche en cada foto para verla mejor):


Véase el aspecto general. Pilares de hormigón. En uno de los vanos, la cubierta había cedido y arrastrado a los pilares de hormigón, que habían flectado.



Entiendo que llegó un momento en que la celosía de cubierta rompió y dejó de tirar de los pilares.


En la base (se ve hasta la cimentación), la flexión era máxima. El pilar se fisura por tracción y rompe por compresión




Creo recordar que en esta zona cayeron 80 cm de nieve. Donde suele nevar un par de dedos, el año que más.

Así que no es por que me caigan mejor los ingenieros que los políticos, pero...