jueves, 1 de marzo de 2012

Usain Bolt y la reina de Inglaterra

A veces me toca trabajar para arquitectos que…

No, empiezo de nuevo: A veces me toca trabajar para clientes que sólo quieren lo mejor. A veces, ese cliente tiene título de arquitecto. A veces lo que tiene son "nociones" o "estudios" de arquitectura. Y a veces lo que tiene es una prima de su mujer que es decoradora, y entre nosotros se interpone un arquitecto que cuando hay hambre hace lo que sea.

Generalmente, este cliente "sólo quiero lo mejor" lo que encarga es su propia casa. Y para su propia casa sólo quiere lo mejor. Si algún arquitecto lee esto, ya no necesita seguir leyendo: ya sabe lo que quiero decir (y por suerte para mí y desgracia para él, a él le ocurre mucho más a menudo que a mí; parte de su trabajo es precisamente filtrarme a estos tíos). Para los demás, voy a poner un ejemplo.

Imaginemos que en vez de su propia casa, el cliente "sólo quiero lo mejor" encarga un traje para él. Imaginemos, ya puestos, que el cliente es una mujer de edad indefinida pero ya madura, ajada por la vida y con una silueta inclasificable por el ministerio ése que hizo las tallas femeninas; baste decir que de un vistazo se sabe que no pertenece al equipo nacional de natación sincronizada.

Y que acude a una modista. Ha estado mirando revistas, y tiene las ideas muy claras, sabe lo que quiere. Como ya digo, sólo quiere lo mejor.

Lleva una foto de Isabel Preysler en la gala anual de Porcelanosa. Quiere ese vestido.

Pero con el sombrero que llevaba la sobrina de Lord Malcolmsmith en las carreras de Ascott, ése tan espectacular.

En los hombros, las charreteras que llevaba Michael Jackson en aquella gira, que eran muy bonitas.

El escote quizá no, prefiere el que lució Lady Gaga en la gala de los Grammy.

En la cintura, un nudo enseñando ombliguito como Brigitte Bardot en "Y Dios creó a la mujer".

La minifalda y las medias de Jamie Lee Curtis en "Mentiras Arriesgadas".

Los calentadores de Eva Nasarre: siempre quiso unos calentadores como ésos.

Y de zapatos, por supuesto, sólo lo mejor: las zapatillas de Usain Bolt, que con ésas se corre que se las pela.

Explícale a la señora que las zapatillas de Usain Bolt van a juego con un pantalón cortísimo de color verde y una camiseta de tirantes de amarillo chillón con un cartel blanco delante y detrás que ponga en letras grandes: "TDK 493".

Lamentablemente, sólo lo entenderá cuando vea a Usain Bolt corriendo los 100 metros lisos llevando el sombrero de la Reina de Inglaterra.