miércoles, 4 de enero de 2012

Planolandia

Hoy he leído un libro que me ha llamado poderosamente la atención y me gustaría comentar. Sin embargo, aunque es de lectura fácil, tiene mucha carga de profundidad; al igual que la resolución de un problema exige un conocimiento base, el libro en cuestión (que se plantea como una charla profesor-alumno) requiere una práctica previa en meditar, deducir, aceptar otras opciones, todo eso. Quiero decir, mi consejo es que uno no puede acercarse a ese libro sin más, antes conviene aprender a mirar las cosas desde otro punto de vista. Así que permítanme que primeo cuente algunas cosas preparatorias. Por ejemplo, Planolandia.

Planolandia es un librito de Edwin Abbott, publicado en Londres en 1884. El cuento tiene una parte, digamos infantil, un extracto de la cual se incluyó en la obra "El mundo de los niños", que se correspondería con la ambientación, pero luego tiene lo que es el argumento en sí, y ¡caray! ahí ya no tiene nada de infantil, aunque sea muy sencillo.


Planolandia consiste en un mundo en dos dimensiones. Sus habitantes son figuras planas, que pueden moverse en las dos dimensiones del plano. Un día, uno de sus habitantes (llamémosle sr. Cuadrado) tiene un sueño, en el que visita Linelandia. Linelandia es un mundo unidimensional y sus habitantes son líneas y sólo son capces de moverse en la dirección de la línea. Así que para ellos el sr. Cuadrado es un imposible: no conciben que haya una segunda dimensión. Cuadrado intenta explicarla, pero en vano. Por suerte, cuando van a por él, despierta.

Aquel día, el sr. Cuadrado está explicándole a su nieto el significado de las matemáticas, y cómo si un punto se desplaza tres pulgadas genera una línea que mide tres pulgadas, lo que se expresa como tres (elevado a uno). Y si esa línea se desplazara en paralelo otras tres pulgadas, lo que generaría sería un cuadrado de tres por tres, que se representa como tres elevado a dos. 

Entonces el nieto le pregunta que, ya que él le había enseñado que un número podía elevarse a su tercera potencia, ¿qué sentido físico tenía? Es decir, ¿qué se generaba? El sr. Cuadrado  se enfadaba y le decía que eso no tenía ningún sentido, que era imposible y que no dijera tonterías.

Pero, hete aquí que luego en su casa oye una voz que le dice que el chico tiene razón. Cuadrado no sabe de dónde sale esa voz (le llega de arriba, pero ese concepto no tiene sentido en Planolandia). Y más asombroso es que, a pesar de que su casa está cerrada aparece ¡dentro! un círculo ¡¡variable!! Es un circulo que crece, decrece o incluso se convierte en un punto y desaparece:
Es una esfera, claramente, solo que el sr. Cuadrado nunca había imaginado un volumen.

La historia sigue por los cauces lógicos: la esfera lleva al cuadrado a Espaciolandia, donde el cuadrado flipa; cuando asume esa realidad, quiere más y pide a la esfera que le lleve a ver los mundos de cuatro y cinco dimensiones. Pero la esfera reniega de que exista tal posibilidad, y termina expulsando a Cuadrado de su mundo. De vuelta en Planolandia, Cuadrado se ve obligado a anunciar la buena nueva, la existencia de una tercera dimensión, todos lo toman por loco y lo encierran en un psiquiátrico.

La historia de Planolandia me parece muy importante. Nos está contando cómo nos negamos a que exista aquello que desconocemos y no podemos imaginar. Creemos que nuestra visión es la correcta; nos hemos acostumbrado a ver las cosas desde nuestro punto de vista (y nos empecinamos en que es el punto de vista correcto de verlas), y no pensamos que quizá los otros tengan razón, que quizás haya más cosas que influyan que yo no vea. Y que esto es general a toda la humanidad. La misma cerrazón tenían en Linelandia, en Planolandia y en Espaciolandia. La misma que nosotros con nuestras cosas. El mismo espíritu que nos ha llevado a los occidentales a imponer - ya que, indudablemente, es el bueno- nuestro modo de vida a los demás habitantes de la tierra, nuestra manera de ver las cosas, nuestro sistema de numeración, toda nuestra civilización y nuestra cultura. Por ejemplo. Pero estoy adelantando acontecimientos.

En cualquier caso, la próxima vez que se nos plantee un problema (o simplemente, intentemos comprender porqué una persona ha obrado de una determinada forma), tendríamos que acordarnos de Planolandia y pensar que quizás nuestro punto de vista no es el correcto - o que el otro tenía un punto de vista equivocado y no lo sabía.


Otrosí: he descubierto - estoy aprendiendo, todavía - que tenía limitados los comentarios sólo a quien estuviera registrado en ggogle, y -creo que lo he conseguido- he quitado esta limitación.


Por si alguien quisiera decir algo. Aunque sea que una palabra con cinco íes es dificilísima.